Levanto la cabeza y miro al cielo. Tiene doble personalidad. A la derecha reina el azul primaveral, con alguna pequeña nube blanca que baila al son de un día radiante. Parece un mediodía de abril. A la derecha, está teñido de un negro amenazador. En el mismo momento. En el mismo lugar. Me viene a la mente la frase de Ramón de Campoamor: «En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira». Elijo el azul. Ver la vida con ese prisma siempre ayuda. Todo saldrá bien. Seguimos con la sobremesa y comentamos un poco el discurso del Rey, que ni siquiera nos interesa pero que es una de las curiosidades de estos días. Porque ya lo vemos solo como eso, una simple curiosidad. La anécdota de Nochebuena. Los accidentes de los últimos días también manchan las sobremesas. Demasiadas muertes en las carreteras. Pasamos varias veces por la N-420 y todavía se ven en el asfalto las marcas del accidente triplemente mortal del día 23. Repasamos la situación política y esa historia de la zona de bajas emisiones que tan polémica fue en Barcelona y que ahora ya nos llega a nosotros. Tendremos unos días de vacaciones. Saldremos. Haremos alguna excursión. No me gusta la uva pero pienso ya en las avellanas para las campanadas. Soy así. Pero oye, es un producto de nuestra tierra. Tanto como la uva.
El cristal con que se mira la vida
26 diciembre 2024 20:09 |
Actualizado a 27 diciembre 2024 07:00
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