Decenas de miles de personas ocuparon este domingo las calles de València exigiendo la dimisión del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. Es la tercera gran protesta contra él desde la catástrofe del 29 de noviembre, síntoma inequívoco de un malestar ciudadano que no puede ni debe ser ignorado. Mazón debería dimitir. Él y solo él es el causante de su desgracia. Aquel día no estaba donde debía, sino negociando con una periodista la dirección de la televisión pública valenciana. Desde entonces, solo ha sabido disparar una ingente cantidad de excusas, mentiras, medias verdades, contradicciones y acusaciones falsas para ocultar su lamentable gestión de la dana, cuyo saldo trágico es de 223 muertos, tres desaparecidos y una devastación que él mismo estimó en más de 30.000 millones de euros. La falta de previsión, coordinación y recursos desplegados durante las inundaciones expuso la ineficacia de los líderes políticos y los gestores de la Generalitat Valenciana.
Es hora de dar un paso al lado para que alguien con mayor capacidad y compromiso asuma la responsabilidad de liderar la reconstrucción
Para añadir humillación al infortunio, han sabido empeorarlo con una lentitud y desorganización sin precedentes en las tareas de reconstrucción de las zonas afectadas. Miles de ciudadanos siguen en situación de desamparo. Los damnificados aún esperan respuestas concretas y un plan de reconstrucción efectivo. La lentitud de las ayudas y la falta de acción del gobierno de Mazón son evidentes: dos meses después de las inundaciones, centenares de familias permanecen sin hogar y miles carecen de suministros básicos, decenas de negocios siguen cerrados, una gran cantidad de bajos permanecen enlodados y las campas de vehículos arrastrados por el agua siguen saturadas. Mazón ha intentado justificar sus errores con gestos torpes y declaraciones vacías, como su reciente afirmación de que «todos tenemos que mejorar siempre», que evidencia una desconexión preocupante con la realidad social y falta de respeto hacia las víctimas. Ni siquiera le creen en su propio partido, el PP, al que ya comienza a perjudicar un president cuya credibilidad está gravemente debilitada. Es hora de irse, presidente Mazón. Es hora de dar un paso al lado para que otra persona, con mayor capacidad y compromiso, asuma la responsabilidad de guiar a la Generalitat Valenciana, liderar la reconstrucción de la zona afectada por la dana y devolver la dignidad y la esperanza a los afectados.
