El municipio de Mont-roig del Camp y, por extensión, toda la provincia de Tarragona y, con ella, Catalunya, están de enhorabuena. La empresa coreana Iljin Materials invertirá 600 millones de euros en la instalación de una fábrica de componentes clave de baterías para coches eléctricos en esta localidad costera del Baix Camp, la primera que abre en Europa. La futura planta generará 500 empleos directos, estará operativa en 2024 y tendrá una extensión de 30.000 metros cuadrados entre la propia fábrica, las áreas de almacén y un edificio técnico.
Iljin Materials produce elecfoil, una lámina de cobre básica para las baterías de litio que, además de su aplicación en el sector del motor, también se utiliza en el almacenaje de energía. El conseller de Empresa i Treball, Roger Torrent, destacó que «es la mayor inversión industrial de tipo ‘greenfield’ que se ha hecho en Catalunya en los últimos veinte años», y calificó el anuncio de magnífica noticia para el futuro de la industria de la automoción. Se trata, en efecto, de una inyección de optimismo.
No es para menos, si tenemos en cuenta que la inversión obedece a una empresa que contribuirá a reducir las elevadas cifras de desempleados que tiene este territorio. Además, una fábrica de las características de la anunciada necesitará una mano de obra cualificada que generará un empleo de calidad en un municipio donde, en palabras de su propio alcalde, Fran Morancho, el turismo y el sector servicios suponen prácticamente el 90% de la economía local, que la llegada de la factoría ayudará a diversificar.
En la decisión de la firma surcoreana ha pesado la colaboración de las instituciones –Generalitat y Ayuntamiento–, así como el entorno, el clima y las comunicaciones del territorio. Efectivamente, Tarragona posee unas cualidades únicas para atraer inversiones. Solo falta creérnoslo. Los frutos llegarán si se trabaja con unidad y seriedad, como ha sucedido en esta ocasión.