La ciudad de Tarragona se ve salpicada durante estos días de macropuente decembrino de grupos de adolescentes ataviados con chandal y atuendos deportivos.
Son los integrantes de los 16 equipos que disputan en el Palau d’Esports de Campclar la Minicopa Endesa de baloncesto, una competición que reúne en Tarragona a las mejores canteras de este deporte de España.
Se trata de un evento deportivo de primer nivel que representa una inmejorable promoción para Tarragona, que se da a conocer entre los jugadores y también entre sus familias –muchas han aprovechado el puente para acompañar y animar a sus hijos y, ya de paso, pasear por la ciudad y descubrir algunos de sus encantos–, al tiempo que los negocios de Tarragona se benefician de la presencia de los visitantes.
Y es que el positivo impacto económico y social que tienen los grandes eventos deportivos para las ciudades que los acogen es realmente muy importante. Por eso es una buena noticia que Tarragona haya dejado a un lado su tradicional ostracismo y apueste por ser sede de campeonatos y competiciones de primer nivel, ahora que posee las instalaciones adecuadas para acogerlos.
Tarragona debe apostar por acoger campeonatos y competiciones de primer nivel, ahora que posee las instalaciones adecuadas
Todo ello redundará en beneficio de los ciudadanos, que tendrán la oportunidad de disfrutar de atractivos espectáculos sin moverse de la ciudad, que asistirán a una mayor vitalidad en las calles y que incluso verán incrementarse sus posibilidades de ocupación con los empleos directos e indirectos que genera este tipo de acontecimientos.
Sí, Tarragona debe apostar de forma decidida por atraer espectáculos deportivos de calidad. Claro que para aprovechar todo el potencial que acompaña a estos eventos y que deriven en un éxito la ciudad tiene que estar preparada y hacer los deberes, de modo que ofrezca la mejor imagen a los visitantes y esté en disposición de satisfacer sus demandas y necesidades en servicios públicos y privados tan importantes como el transporte, la seguridad, el comercio o la restauración, por ejemplo.
