La labor del periodista ‘free lance’ es dar a conocer cuanto crea interesante para los lectores, sea bueno, malo o regular. Como es lógico, las buenas noticias son acogidas con agrado por los que las producen y por el lector. Las otras, depende de lo que se trate, y casi siempre son recibidas «de morros» por quienes son sus causantes. Pero si se quiere reflejar la realidad, el periodista debe ofrecer la noticia lo más diáfana posible. La objetividad ya sabemos todos que está viciada por muchas cosas: desde el interés del periódico al interés del plumífero, pasando por toda una serie de condicionantes que el lector avisado ya conoce… o presume.
Viene este preámbulo porque estrenamos año, con tres ‘patitos’ simpáticos, aunque la cara del 2022 no sea, de momento, demasiado agradable. Pero se ha apagado el volcán canario. En la Península siguen abiertos muchos volcanitos partidistas. Y en Reus, lo de siempre. Manifestaciones gloriosas del Ayuntamiento, de lo bien que lo están dirigiendo y de lo buenos que somos todos.
Por otro lado, siguen algunos problemas viejos sin resolver, pese al tiempo que este Ayuntamiento rige los destinos de la ciudad. No vamos a entrar en todos, pero sí recordar algunos, para contribuir a que se solucionen.
Por ejemplo, siempre he felicitado a Parques y Jardines. Hacen una labor interesante y casi siempre perfecta. Pero… ¿qué ocurre con la desgraciada plaza de la Llibertat?... Un lugar tan céntrico está asediado por bandadas de palomas y otros pájaros, que la tienen perdida de excrementos. Con un césped que da pena. No se comprende la dejadez con esta zona.
Algunos barrios se quejan de abandono, de otros ni se sabe. La limpieza parece que se está arreglando, pero faltan más medios, quizás porque en el presupuesto no había cabida para ello.
Y ya estamos: la Policía ‘Montada’ Local que no se ve a pie por las calles, menos aún después del fracaso de las ‘Comisarías’ de barrio. Mientras tanto, y pese a los avisos, vemos patinetes por las aceras más céntricas, bicicletas que atraviesan los pasos cebra a toda pastilla o van y vienen con pasmosa caradura por las calles Llovera y Monterols. ¿Qué ciudadano les va a reprochar nada?... Pagamos una Policía Local para eso, para estar al pie del cañón, y para que baje de sus vehículos ante cualquier anomalía.
Pero este problema no tiene enmienda.
El nuevo año no es bisiesto; a ver si es el de la suerte y no repetimos esos temas.