«Hay la sensación, ahora sí, de que es el momento del autoconsumo, sobre todo en fotovoltaica, que es una tecnología clave para la transición energética». Miquel Àngel Verd, responsable de la Oficina Técnica de Proyectos Singulares B2B en Enel X y con más de 18 años trabajando en Endesa, valora de esta manera los primeros meses de vida del fin del ‘Impuesto al Sol’, en octubre de 2018, y la aprobación del Real Decreto-ley 15/2018, de 5 de octubre, de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores.
La nueva normativa (que facilita trámites y permite a los autoconsumidores volcar el excedente de energía no consumida al sistema, obteniendo por ello una retribución o una compensación en su factura), junto a la caída del coste de las placas solares (lo que permite plazos de amortización de las inversiones mucho menores), crean este clima propicio para la eclosión del autoconsumo energético.
Una opinión, la de Miquel Àngel Verd, compartida durante la celebración la pasada semana de una nueva edición de los ‘Esmorzars-Col·loquis’ del Diari de Tarragona, donde bajo el título Autoconsumo energético y nuevos prosumidores, cuatro profesionales vinculados al sector de las energías renovables debatieron sobre el nuevo horizonte que se ha abierto en el Estado español tras unos años en los que el impacto de un ‘Impuesto al Sol’ más mediático que real enfrió el despliegue de una tendencia que ahora vislumbran como imparable.
«Las baterías han entrado en las casas y, si vamos hacia un escenario de un 50% de renovables en 2030, las necesitamos»«El nuevo Real Decreto-ley es un impulso a la instalación de energía producida por autoconsumo que, con la mejora ambiental de las fotovoltaicas, va en favor de la descarbonización y de la reducción del efecto invernadero a consecuencia de las emisiones de CO2», sostiene Simeó Farràs, jefe del Servei d’Empresa de los Serveis Territorials en Tarragona del Departament d’Empresa i Coneixement.(Manel Romero, Unión Fotovoltaica Española)
Manel Romero, socio cofundador de SUD Energies Renovables y representante de la Unión Fotovoltaica Española, es claro al respecto: «Aunque llevamos haciendo autoconsumo desde 2013, todos estos años han ido acompañados de una rumorología que no ayudaba, y que el Real Decreto-ley 15/2018, que valoramos de una manera muy positiva porque incorpora bastantes de las reivindicaciones del sector, ha despejado».
«El nuevo Real Decreto-ley es un impulso a la instalación de energía producida por autoconsumo»«Hay un nuevo marco normativo -prosigue- que nos da estabilidad y simplificación técnica», pero que sobre todo abre nuevas expectativas para ese nuevo perfil de prosumidor energético. La posibilidad de vender o compensar en la factura el excedente de electricidad producida y no consumida es quizás lo más visible, pero no hay que desdeñar el impacto que puede tener el hecho de que ahora haya un marco legal que facilita el autoconsumo compartido (por ejemplo, entre vecinos de un mismo edificio o entre pymes en un polígono industrial) en un radio de proximidad de 500 metros.(Simeó Farràs, Empresa i Coneixement)
Se disparan los proyectos
Entre enero y mayo del presente 2019, coincidiendo con el arranque del nuevo marco normativo, empresas como Endesa han experimentado un incremento en las peticiones de estudio para proyectos de autoconsumo fotovoltaico en empresas que, en apenas cinco meses, ya han superado todas las peticiones que recibieron a lo largo del año 2017. De estas peticiones, un 25% se encuentran en Catalunya.
Costes a la baja: Las mejoras tecnológicas en paneles fotovoltaicos y baterías eléctricas experimentan un crecimiento exponencial, empujando los costes a la baja.Coincide en este florecimiento del sector Marc Segura, CEO y socio fundador de Solcam, empresa especializada en energías renovables que, tras constatar que el nuevo marco normativo «cierra un ciclo de despropósitos con el que se llegó a congelar e incluso destruir parte del sector», vaticina que ahora «se abre una oportunidad, con un sector que ha hecho un salto radical».
«Nos encontramos en un momento -prosigue Marc Segura- en el que las empresas del sector de las energías renovables reaparecerán y se crearán de nuevas. Es algo que no solo resultará económicamente interesante para las pymes y los particulares, sino que les empoderará en la generación de su propia energía».
La drástica caída en los costes de las placas fotovoltaicas experimentada en estos últimos años, junto al elevado precio de la electricidad y las facilidades que abre la nueva normativa, hacen que, a día de hoy, «los retornos de la inversión de instalar una planta fotovoltaica en una pyme -explica Miquel Àngel Verd, de Endesa- hayan pasado de un tiempo de amortización de 10 años a 6 años, y con una vida útil de la planta de 25 años».
«Se cierra un ciclo de despropósitos y se abre una oportunidad, con un sector de renovables que ha hecho un salto radical»El de las empresas (con espacios de cubierta o de suelos desaprovechados disponibles) es un mercado que, previsiblemente, irá al alza en estos próximos años. Un factor lo hace especialmente interesante: la mayoría de las empresas están en funcionamiento cuando es de día.(Marc Segura, Solcam)
Una obviedad que tiene su trascendencia, porque ninguna de las instalaciones fotovoltaicas que hoy se puedan montar en estas empresas va a ser capaz de convertirlas en autosuficientes energéticamente, pero sí que asegurará que toda la energía que produzcan sea consumida por esa empresa, con apenas volcado de excedente a la red (si es que no se tiene limitada esa opción), que reportaría un precio de venta por parte de ese prosumidor mucho más bajo del precio de compra que tiene que afrontar.
Trámites locales: Los ayuntamientos y su facilidad o complejidad en tramitar permisos de autoconsumo son hoy clave en el despliegue de este mercado.«Al final, la curva solar es la que es -cuenta Manel Romero, de la Unión Fotovoltaica Española-, y las empresas pueden coincidir mucho más que los particulares en el pico de esa curva solar». Porque, mientras esos ciudadanos trabajan de día en esas empresas, sus domicilios están desocupados y, por lo tanto, sin consumir electricidad. Por eso en las instalaciones domésticas el retorno de una inversión puede estar hoy entre los 9 y los 10 años.
El reto de las baterías
La Internet de las Cosas y su previsible y definitiva explosión a partir del despliegue del 5G facilitarán programar algunos consumos eléctricos a esas horas de autoproducción eléctrica, pero no bastará para sacarle todo el partido al exceso de generación que puedan tener esas instalaciones en viviendas particulares. Las redes inteligentes pueden aportar algo más, pero sin duda serán las nuevas generaciones de baterías las que marcarán la diferencia.
«Ahora sí, es el momento del autoconsumo, sobre todo en fotovoltaica, clave para la transición energética»Aunque todavía no han llegado a los descensos de costes que han experimentado los paneles solares, las baterías, en especial las de litio (con un descenso de precios de un 50% en los últimos tres años), «juegan -explica Miquel Àngel Verd, de Endesa- un papel fundamental, desde el punto de vista de la generación y el transporte, en la transición energética».(Miquel Àngel Verd, Endesa)
«Tesla y Nissan -añade Manel Romero, de la Unión Fotovoltaica Española- han sacado baterías de uso doméstico, pero también Repsol y Shell han entrado en este sector. Las baterías han ido entrando en las casas y, si vamos hacia un escenario de un 50% de energías renovables en 2030, necesitamos baterías».
Atentos al papel que pueda jugar el coche eléctrico en este futuro, «hay mucho trabajo por hacer a través de la red de carga de zonas industriales», adelanta Marc Segura, de Solcam. «Al final -añade Manel Romero-, un coche no deja de ser una batería con ruedas, y esto da muchas posibilidades». Una de ellas, por ejemplo, es reciclar esa batería como doméstica cuando haya perdido un porcentaje de su capacidad de recarga. Nissan ya ha montado un negocio para dar una segunda vida a esas baterías ‘inservibles’. Las oportunidades solo han hecho que empezar.