El sector alimentario se sabe protagonista de una transformación necesaria con la sostenibilidad, la salud y la seguridad como palancas de cambio para dar respuesta a una sociedad expectante de percibir valores éticos y sociales en la producción de alimentos. Para prosperar en el afán de dicha transformación, es crucial que las empresas puedan cohabitar en un entorno geográfico donde la innovación y la transferencia de conocimiento y tecnología generadas se articulan a su alrededor. Estos entornos suelen denominarse nodos, polos, concentradores o, lo más habitual, empleando el término anglosajón, innovation hubs.
Los cambios que se avecinan serán (deben serlo) significativos, incluso disruptivos. Y para ello, la biotecnología, la inteligencia artificial, los sensores y la nutrición de precisión, entre otras, se visualizan cómo tecnologías y disciplinas vertebradoras de dicha transformación alimentaria. Y su uso combinado será esencial para generar soluciones innovadoras que estimulen la competitividad, especialmente, de la pequeña y mediana empresa del sector. Y disponer de un ecosistema local, versátil por la singularidad y capacidad diferencial de cada operador y que facilite el acceso al tejido empresarial al conocimiento y a estas tecnologías es hoy ineludible para cualquier empresa cuyo modelo productivo anteponga la innovación como ciclo virtuoso basado en la generación de conocimiento.
Un ejemplo de ello lo representa el Hub Foodtech & Nutrition, una iniciativa público-privada entre el Ajuntament de Reus, la Diputació de Tarragona, la Universitat Rovira i Virgili, el centro tecnológico Eurecat - principalmente a través de su área Biotecnológica - y el sector privado representado por el Clúster TIC Catalunya Sud y por las empresas alimentarias de la demarcación. La finalidad del hub es generar un ecosistema de innovación en dos sectores estratégicos de la Catalunya Sud: el tecnológico y el alimentario. Esta iniciativa renueva, de alguna forma, la creación hace más de una década del Parc Tecnològic i d’Innovació del Tecnoparc de Reus aprovechando la coyuntura de recuperación europea a través de los fondos Next Generation.
El Hub Foodtech & Nutrition es, sin duda, una buena noticia. Es positivo que las entidades científico-tecnológicas y las empresas concentren esfuerzos para incrementar la visibilidad del territorio al segmento creciente de las startups tecnológicas, para generar empleo de calidad, para atraer talento e ideas fomentando la cultura emprendedora y sobre todo para practicar la cultura del esfuerzo en cooperación. Y esto es importante, puesto que un hub, además de articularse alrededor de la empresa, debe apostar decididamente por la cooperación sistémica y sistemática. Aparcar reticencias obsoletas y aprovechar el viento a favor para que la investigación fundamental, la aplicada y la transferencia se orienten alineada y decididamente en favor de la innovación empresarial.
Esta alineación requiere situar al sector empresarial alimentario en el centro de la discusión para que, fruto de una estrategia reflexiva y de especialización, el hub sea considerado un referente de valor científico-tecnológico diferencial. Una especialización que evite replicar estructuras del entorno, sino todo lo contrario, que establezca vasos comunicantes con otros hubs para ofrecer al sistema alimentario catalán recursos de innovación coordinados sobre una base de relaciones de cooperación y reciprocidad con perspectiva internacional. Con ello, el Camp de Tarragona se reconocerá como un polo geográfico de ámbito local en el que la innovación, la conexión y el desarrollo de un sector alimentario en plena transformación marida bien con el contexto de una economía digital, saludable y sostenible.
Francesc Puiggròs, director Científico del Área de Biotecnología del centro tecnológico Eurecat.