Los sindicatos y la patronal se han aliado para corregir a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en el gran reto que se ha marcado para esta legislatura: rebajar la jornada de trabajo a un máximo de 37,5 horas tras más de cuarenta años congelada. Los interlocutores sociales se han puesto de acuerdo en que esta reducción no se puede hacer en términos semanales y tendrá que aplicarse en cómputo anual, según confirmaron ayer a este periódico fuentes de la negociación.
UGT, CCOO, CEOE y Cepyme mantuvieron el pasado miércoles la primera reunión bipartita para abordar esa reducción progresiva de la jornada laboral, que el Gobierno se ha comprometido en su programa de legislatura a recortar de las 40 horas semanales actuales a las 38,5 horas ya este año y a 37,5 horas el próximo ejercicio. En este encuentro no estuvo presente el Ministerio de Trabajo porque la condición que pusieron los agentes sociales para negociar esta medida, que fue anunciada por Díaz de forma unilateral, es trabajar solos, en el ámbito bipartito, y sin la injerencia del Ejecutivo. Argumentaron para ello que el artículo 83 del Estatuto de los Trabajadores establece que la jornada laboral es potestad del diálogo bipartito, y que así lo hacen ya en la negociación de los convenios colectivos. La ministra tuvo que acceder a esta petición, aunque advirtió que su departamento vigilará de cerca los avances que vayan haciendo y trabajará en paralelo.
La enmienda a Yolanda Díaz da ahora un paso más al ser advertida la vicepresidenta que no puede llevarse a cabo una reducción de jornada en términos semanales, prohibiendo trabajar más de 37,5 horas ya en 2025, sino, tal y como se ha venido haciendo a través de los convenios colectivos, en cómputo anual, lo que da más flexibilidad a las empresas e incluso a los trabajadores para poder aplicar esta reducción a través de días libres o vacaciones.
La jornada media pactada en España es de 1.752 horas anuales (el equivalente a 38,2 horas semanales), por lo que habría que bajar al entorno de las 1.720 horas para que el promedio semanal disminuya a 37,5 horas.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, confirmó ayer que sobre la mesa bipartita está ahora pactar la reducción de jornada en cómputo anual, no semanal, y, aunque considera que «no es tan difícil» ponerse de acuerdo en esto, sí que ve más complicado pactar a qué número equivaldría la semana de 37,5 horas en jornada anual.
