La Dirección General de Política Energética y Minas del gobierno español ha autorizado el proyecto de Repsol para abandonar definitivamente los ocho pozos petrolíferos vinculados a la plataforma Casablanca.
La compañía petrolera comunicó formalmente hace dos años y medio su intención de cerrar definitivamente las instalaciones de la última explotación marina operativa en España por la caída de la producción de los últimos años.
Este viernes, el BOE ha publicado la resolución por la que Repsol dispone de cinco años para sellar y abandonar definitivamente definitivo de los ocho pozos, que se encuentran sin producir y con las válvulas de cabeza cerradas a la espera del abandono desde el 15 de junio de 2021.
Casablanca-11, Casablanca-12, Rodaballo-1, Montanazo D-5, Lubina-1, Chipirón-1, Chipirón NE y Chipirón S son los ocho pozos que Repsol mantenía abiertos hasta hace dos años. Desde principios de los 80, había llegado a tener hasta catorce en producción, en distintas fases operativas. Se encuentran a una distancia de entre 30 y 42 kilómetros de la costa y vinculados a la plataforma Casablanca, desde la que un oleoducto submarino trasladaba el crudo producido hasta la refinería de Tarragona.
Según la compañía, durante los últimos años el petróleo que se extraía sólo suponía el 1% de la producción global de la compañía y seguía una línea descendente.
La planificación presentada en el Ministerio para la Transición Ecológica por RIPSA, la filial de Repsol especializada en investigaciones petrolíferas, estructura en tres campañas distintas la ejecución de las tareas.
Las fases
En una primera, de 105 días de duración, servirá para completar la suspensión temporal de seis pozos y abandonar aquellos donde pueda realizarse de forma segura. Se utilizará una embarcación de soporte, el ‘Seawell’, propiedad de la compañía británica Hellix Well Ops (UK) Limited así como un lubricador de intervención submarina.
La segunda campaña se alargará 64 días en pozos profundos y otros 118 en pozos más superficiales. Se abandonarán definitivamente los pozos profundos Lubina-1 y Montanazo D-5 así como el resto de superficiales suspendidos temporalmente la primera campaña. En ella trabajará una unidad perforadora móvil semi-sumergible.
La tercera y última campaña, que debe durar 38 días, recuperará y retirará a los jefes de los ocho pozos con la participación de dos embarcaciones tipo MPV.
Columnas de cemento
Según RIPSA, el sellado definitivo de cada pozo supondrá introducir una columna de cemento de al menos 30 metros para que forme una barrera permanente. En zonas de potencial de flujo se pueden requerir dos barreras de 30 metros o una columna de 60 metros para una barrera combinada de cemento para reemplazar a dos.
La resolución estatal incorpora también una relación de medidas para garantizar el cumplimiento de la Ley de Hidrocarburos así como las medidas de prevención de daños y riesgos –a las personas, propiedades o medio natural– como consecuencia de las operaciones. Apunta que, en caso de amenaza de daños, se paralizarán los trabajos «inmediatamente» y se comunicará a la autoridad competente.
Un «tercer independiente» se encargará de verificar las condiciones de operación y que los trabajos se efectúen según las mejores prácticas generalmente aceptadas por la industria, ejecutándose técnicamente de acuerdo con los estándares «exigibles».
Un programa de vigilancia ambiental recogerá el cumplimiento de todas las condiciones, medidas preventivas, correctoras y compensatorias de la declaración de impacto ambiental aprobada el pasado agosto. Durante las actuaciones, está prevista también la monitorización de la actividad sísmica en el entorno de los pozos.