La demanda de hipotecas cae a niveles del año 2013

El empeoramiento de las perspectivas sobre el mercado inmobiliario y la caída de la confianza de los consumidores, entre las causas según el Banco de España

22 enero 2020 10:00 | Actualizado a 24 enero 2020 11:11
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La demanda de fondos para adquisición de vivienda se redujo con intensidad de octubre a diciembre de 2019, cuando se registró la mayor caída desde 2013, debido sobre todo al empeoramiento de las perspectivas sobre el mercado inmobiliario y a la caída de la confianza de los consumidores.

En el cuarto trimestre de 2019, la demanda de crédito cayó por sexto periodo consecutivo, especialmente en crédito hipotecario, al tiempo que los criterios de concesión de créditos se endurecieron tanto para hogares como para empresas debido al aumento de la morosidad.

El Banco de España publicó ayer martes la Encuesta sobre Préstamos Bancarios, elaborada a partir de las respuestas de diez instituciones financieras españolas, que, con carácter general, refleja que los requisitos para conceder préstamos son más exigentes pero las condiciones son algo más suaves.

Para el trimestre actual, las entidades anticipan que habrá un nuevo descenso de las solicitudes de préstamos de las empresas y no habrá variaciones significativas en financiación a hogares en sus dos modalidades (consumo y compra de vivienda) y los criterios de concesión de créditos se mantendrán estables para las compañías y para compra de vivienda y se endurecerán para el consumo.

Al tiempo, las condiciones generales de los nuevos préstamos se suavizaron en el cuarto trimestre salvo en el caso del destinado a compra de vivienda, segmento que observó también un endurecimiento de los criterios de aprobación por el deterioro de las expectativas sobre la situación económica general, aunque fue más limitado por el efecto de la presión competitiva.

En consumo, la demanda se redujo ligeramente y los criterios de concesión se endurecieron -como viene ocurriendo desde el último trimestre de 2018- por el deterioro de las perspectivas y por la menor solvencia de los prestatarios. Las condiciones generales en este segmento se suavizaron ligeramente por la mayor competencia, lo que se tradujo en menores márgenes aplicados a los préstamos ordinarios, en tanto que en los créditos de mayor riesgo los márgenes subieron. Entre las empresas, la caída de la demanda se extiende tanto a los préstamos a corto como a los concedidos a largo así como a pymes y grandes empresas, por las menores inversiones y por el mayor uso de otras fuentes de financiación (renta fija, préstamos de otras instituciones y emisión de acciones).

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