Nuevo enfrentamiento, otro más, entre los ministerios de Agricultura y Consumo. Después de las macrogranjas y de la publicidad de los productos infantiles, el motivo de discordia es ahora Nutriscore, las etiquetas que avisan de la calidad nutricional de cada alimento. El semáforo era el proyecto estrella del departamento de Alberto Garzón para esta legislatura, una medida más para frenar la obesidad, pero topa con las reticencias de su compañero en el Consejo de Ministros Luis Planas, que argumenta que debe ser toda la UE, y no España unilateralmente, la que obligue a los productores a implantar este etiquetado.
Nutriscore muestra en el producto un logotipo de colores asociados a letras que informan al consumidor de la calidad nutricional de un alimento. El verde oscuro (letra A) se destina al más saludable y el rojo (letra E), al menos. La calificación se basa en un sistema, elaborado por un algoritmo, que atribuye puntos a un alimento dependiendo de su composición. Los productos que tienen más proteínas y fibras dietéticas o un mayor porcentaje de frutas, verduras, legumbres, frutos oleaginosos y aceites de oliva, nuez y colza se valoran de forma positiva, al contrario que aquellos que cuentan con más calorías, grasas saturadas, azúcares simples y sodio. Actualmente, las etiquetas de Nutriscore son voluntarias. El debate se centra ahora en su obligatoriedad.
Los criterios matemáticos que rigen el semáforo han ofrecido, en ocasiones, resultado polémicos. En el caso de España, el más controvertido fue el del aceite de oliva, calificado con la letra C, mientras que algunas marcas de cereales con chocolate para el desayuno obtienen la letra B.
Tras estas disputas, los autores del algoritmo introdujeron cambios para que alimentos tradicionales del sur de Europa no sufrieran una penalización tan alta, pero los productores de alimentos comenzaron a desconfiar de Nutriscore y en España, han encontrado el apoyo de Agricultura.
En el último año y medio, el titular de este departamento, Luis Planas, no ha dejado de mandar mensajes en apoyo del aceite de oliva. «Sus propiedades saludables deben ser reconocidas en el futuro etiquetado nutricional de la UE», aseguró en mayo. En sintonía con Francia, Italia y Grecia, Planas quiere que la aplicación de Nutriscore llegue a la vez a toda la UE después de que se haya adaptado a criterios nacionales y por eso, reclama un proceso calmado.