Hablemos hoy de la demanda del pequeño comercio de rebajar el IVA del 10% al 4% en los alimentos básicos. Conviene al Gobierno que haya fieles colaboradores que se autodenominan grandes entendidos haciendo aseveraciones y proporcionando oxígeno al gobierno: «No es conveniente aplicar permanentemente de forma generalizada una rebaja fiscal del IVA del 10% al 4% ante cada problema porque eso implicaría que no tengamos capacidad de ayudar a quienes más lo necesitan». Nadie pide aplicar una reducción ‘permanente’ del IVA; sí lo pedimos ante la situación que vivimos. ¿O tal vez dicen esto porque en algún momento han pensado la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en poner freno a los precios de los alimentos de manera permanente? La ministra de Hacienda, M.ª Jesús Montero, sí ha aplicado la reducción del IVA a la factura del gas, con la reducción del 21% al 5%.
La ministra de Hacienda, M.ª Jesús Montero, aplicó la reducción del IVA a la factura del gas, del 21% al 5%. ¿Por qué no bajar este impuesto para reducir el precio de la cesta de la compra?
¿Por qué no bajar este impuesto para reducir el precio de la cesta de la compra? La ministra Montero no ha sido la única en asumir que no es fácil bajar este impuesto como mecanismo para reducir el precio de la cesta de la compra. También el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, respondió a la petición que hacen los grandes conocedores y expertos en este sentido que son las empresas de supermercados y los empresarios de los pequeños comercios, quienes consideran que bajar este impuesto es mucho más efectivo para los ciudadanos que aplicar precios máximos a alimentos de primera necesidad. El ministro Luis Planas sigue diciendo: «Las consecuencias colectivas e individuales de una bajada del IVA de la alimentación serían muy limitadas. Casi nadie en Europa ha utilizado esa vía». ¿De verdad, Sr. ministro, ahora, después de no haber hecho nada por el tejido asociativo y productivo de las pymes, primer generador de la riqueza y contratación laboral del país, cuando Europa sí ha hecho los deberes anteponiendo a sus ideas verdaderas y muy importantes ayudas a todo su sector empresarial productivo?
No quiero dejar pasar la oportunidad de recordar al Sr. ministro Luis Planas que Alemania, en plena pandemia, sí bajó temporalmente el IVA general del 19% al 16% y el reducido, del 7% al 5%. Pero nosotros jugamos en otra categoría muy inferior, ¿verdad Sr. ministro?
¿Por qué este gobierno hace siempre oídos sordos a las peticiones que vienen del sector afectado que realmente tiene mucho más conocimiento que la Sra. Montero y su entorno?
Actualmente, productos como las bebidas alcohólicas o las azucaradas tienen un IVA del 21%. La carne, el pescado o los productos de alimentación transformados tienen un IVA del 10%. La leche, huevos, pan, harina, frutas, hortalizas y quesos tienen el IVA del 4%.
Hace unos días los agentes del sector se reunieron con Yolanda Díaz y con Alberto Garzón. El gobierno insistió en la necesidad de poner freno a los precios de los alimentos, a pesar de las palabras de la dirección general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (representan empresas como Mercadona, Día, Lidl, entre otras) asegurando que los supermercados no ven viable el tope de precios, pero sí bajar el IVA. En esa reunión, una vez más denunciamos que no había participado el sector más amplio de representación del comercio de toda España, como es el pequeño comercio.
El pequeño comercio crítica la propuesta de acuerdo sobre la limitación del precio de una cesta de productos saludables. Esto significa ‘competencia desleal’ para las tiendas de barrio
El pequeño comercio crítica la propia propuesta de acuerdo sobre la limitación del precio de una cesta de productos saludables. Esto significa ‘competencia desleal’ para las tiendas más pequeñas, cuyos márgenes de ganancias ya son muy ajustados y ello supondría un daño muy grave e irreparable para la agricultura, la pesca, el sector ganadero, la alimentación y el pequeño comercio.
Si esta iniciativa del gobierno saliera adelante, como ya ha dicho en reiteradas ocasiones nuestro presidente de PIMEComerç, Alejandro Goñi, atentaría directamente contra el comercio de proximidad al ejercer un efecto llamada para comprar en las grandes cadenas, en detrimento del comercio de proximidad, que no puede competir en márgenes ni asumir los costes.
¿Por qué hace falta un buen conocimiento de la fijación de precios para ver que realmente hay algún sector que está forzando los márgenes? Ver siempre para creer. ¿Alguien tiene alguna duda de cómo acabará todo esto? Yo no.
