La sostenibilidad centró esta semana la 27 edición de la ‘Jornada dels Economistes’ organizada por la sede territorial en Tarragona del Col·legi d’Economistes de Catalunya, bajo el título Els reptes per a la sostenibilitat de l’economia catalana.
Miquel Àngel Fúster, presidente en Tarragona del Col·legi d’Economistes de Catalunya, fue claro en su presentación: «La sostenibilidad es más amplia que los simples criterios ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza, por sus siglas en inglés), porque son actuaciones del presente que tienen una gran repercusión en el futuro».
Y, pese a los esfuerzos, es una gran desconocida cuando se lleva el análisis más allá de lo epidérmico. Lo explicó Antonio Terceño, decano de la Facultat d’Economia i Empresa de la Universitat Rovira i Virgili (URV), que aseguró durante su intervención que «los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son todavía muy desconocidos para la población, especialmente entre los jóvenes».
Tras las intervenciones de Marta Espasa, secretaria de Hisenda de la Generalitat de Catalunya, y de Josep Maria Cruset, que llevó a cabo su último acto público como presidente del Port de Tarragona, el presidente de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), Ignasi Cañagueral, dio algunas claves, con el ejemplo de la industria química, sobre los retos que afrontamos en este proceso de transición hacia la circularidad y la neutralidad en carbono.
La primera clave, según explicó Cañagueral, es «utilizar las tecnologías disponibles» cuando afrontamos un proceso de descarbonización y transformación energética en algo tan estratégico como el polo petroquímico de Tarragona. «Hablamos -razonó Cañagueral- de una transición pragmática, a medida que las tecnologías estén disponibles».
La industria química, a través de la AEQT, analizó un momento clave.
«Cuando hablamos de retos en sostenibilidad -prosiguió-, el primero de ellos es la circularidad: o nos convertimos en circulares y que los residuos que generamos se conviertan en materia prima, o no lo lograremos». Materias primas con baja huella de carbono, biomateriales y reciclaje químico son los tres elementos básicos, con el reciclaje químico como «la gran apuesta» del sector.
La transición energética es el punto central en el que entran esas ‘tecnologías disponibles’: «Es una necesidad -reconoció Cañagueral-, pero con energías renovables no será suficiente, al ritmo que vamos. En Catalunya vamos tarde en el despliegue de renovables, y no se tiene la sensación de que se esté acelerando».
«Por eso -argumentó Cañagueral- debemos contemplar, entre las tecnologías disponibles, no solo el Hidrógeno Verde, sino también el Hidrógeno Bajo en Carbono, reformando el gas y capturando y almacenando el CO2, algo que se está haciendo en el norte de Europa, pero de lo cual aquí no estamos hablando, porque hemos tenido malas experiencias almacenando gas».
Y alertó: «Si no hacemos políticas que favorezcan la captura, el uso y el almacenamiento de CO2, tendremos un problema, porque o bien no haremos a tiempo la transición, o la tendremos que hacer cerrando. En el norte de Europa no solo lo están haciendo, sino que tienen subvenciones de innovación para ello. Si no ponemos esto en la agenda política y social, tendremos un problema como país. Necesitamos descarbonizarnos con tecnologías disponibles».