Josep Ametller: «Los agricultores volveremos a tener la sartén por el mango»

Cofundador y director general del grupo Ametller Origen

03 julio 2023 11:20 | Actualizado a 03 julio 2023 11:39
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Josep Ametller es director general del grupo Ametller Origen, una empresa especializada en la producción, elaboración y comercialización de productos agrícolas con sede en Olèrdola (Alt Penedès). A mediados de junio, fue galardonado en la categoría de ‘Medi Ambient’ en la XVI edición de los Premis Gaudí Gresol a la Notorietat i l’Excel·lència, organizados por la Fundació Gresol y celebrados en el Tecnoparc de firaReus.

Han sido premiados en la categoría de ‘Medi Ambient’, entre otras iniciativas, por el proyecto de Agroparc Penedès, una propuesta agroalimentaria circular, donde se integra toda la cadena de valor. ¿Son estos agroparques el modelo a seguir en Europa?

No inventamos nada, porque nuestra fuente de inspiración fue, en primer lugar, lo que habíamos vivido en casa, porque en nuestra familia éramos de pagès, y por lo tanto capaces de vivir de manera muy sostenible, sin ser conscientes de serlo. En casa, sin que hubiese ningún plan estratégico detrás, vivíamos de forma circular, con los cerdos alimentados con los restos, la calefacción funcionando con cáscara de almendra... todo eso hacía que viviésemos sin apenas huella de carbono, y eso es lo que pretendemos, 40 años después, con este proyecto, a partir de nuestra experiencia y vivencia, incorporando tecnología.

¿Qué buscan con este proyecto?

Desarrollar un concepto para implantar cerca de las metrópolis con el que, gracias a la circularidad, seamos capaces de producir alimentos de forma más sostenible. Por eso elegimos Gelida, un municipio del Alt Penedès que limita con el Baix Llobregat, para estar en la frontera con la parte más industrializada y poder integrar los procesos, aprovechando la energía renovable que generamos, utilizando agua regenerada, habilitando espacios de carga para los vehículos de distribución... Todo esto es lo que va configurando esta propuesta para convertirnos en el primer distrito agroindustrial de energía positiva y circular. Queremos demostrar que es viable producir de manera sostenible y circular.

Viable... ¿y rentable?

Esperamos que sea un punto de inspiración para entender un mundo más circular, y que se mida todo desde el impacto que tiene un producto, más allá del coste económico. Porque, si nos lo creemos de verdad, hay que incluir el coste medioambiental en los productos. A partir del momento en que empecemos a contemplar los costes medioambientales, empezaremos a valorar este tipo de propuestas.

Nuestro sector primario está lejos de llegar a un nivel de tecnificación como este, que sí tienen en cambio los israelíes o los holandeses...

Por mi carácter, soy un optimista nato y podemos predicar con el ejemplo. Hace 21 años, cuando mi hermano Jordi y yo hacíamos de payés, apostamos por aprovechar las oportunidades para hacer las cosas de manera distinta, partiendo de cero, porque solo teníamos 30.000 euros para arrancar. Hemos optado por innovar, aprovechar el potencial que tiene este país, que es mucho, y actuar antes de que surja el problema. El reto que tiene ahora el sector es la jubilación, porque el 60% de los payeses se jubilarán en los próximos diez años.

Y sin relevo generacional a la vista. ¿Se acaba el sector primario?

No lo creo. Estamos ante un cambio de paradigma por ese envejecimiento del sector, por una demanda más exigente de la Unión Europea por la calidad... y esto implica un cambio de modelo productivo. Los agricultores han de estar más tecnificados, y para eso hace falta formación. Pero hemos de aprovechar que tenemos un clima y una proximidad con Europa que nos permiten ofrecer productos, y hemos de ser capaces de competir con los países emergentes, haciendo que nuestro producto sea reconocido por su calidad y trazabilidad.

¿Lo lograremos?

Estamos ante un cambio de paradigma donde los productores volveremos a tener la sartén por el mango. Todo pasa por que nos podamos diferenciar en calidad, pero eso significa, claro está, complicarnos la vida. Tenemos talento y puestos de trabajo para ocupar en toda la cadena de valor, pero hemos de abordar ese cambio de paradigma con una forma de trabajar más tecnificada, más ergonómica, y con un cambio de modelo que lo haga más atractivo.

¿En qué sentido?

Pues que, aunque ser agricultor siempre será un oficio sacrificado, no puede serlo tanto. La gente con talento ha de querer trabajar en ello, y si todo lo que le planteo sucede, has de ganarte bien la vida. Es algo que nosotros demostramos con nuestro día a día.

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