La multinacional química alemana BASF, con centros de producción en el Polígono Sur del polo petroquímico de Tarragona, asegura haber negociado con la Comisión Europea una prórroga para la ayuda de 100 millones de euros -con cargo al Fondo de Innovación de la Unión Europea- obtenida para cofinanciar el proyecto BBRT (BASF Battery Recycling Tarragona), una planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos que emplearía a 200 personas de forma directa en La Canonja, con una inversión que podría ascender a 500 millones de euros.
Tras obtener esta subvención en la convocatoria del año 2022, en julio de 2024 decidió poner en pausa este proyecto, como consecuencia de la baja actividad en el mercado de vehículos eléctricos en la Unión Europea. Una decisión que, durante la presentación anual de resultados de BASF Española celebrada hoy, esta empresa aseguró que mantenía, aunque en ningún caso renunciaba a este proyecto.
Lo explicó Carles Navarro, director general de BASF Española, durante la presentación de los resultados de 2024 de esta empresa, que aseguró que han negociado con la Comisión Europea «flexibilizar» la fecha de 31 de diciembre de 2025 que figura en la hoja del proyecto como límite para tener cerradas formalmente todas las condiciones financieras (fuentes de financiación, contratos), y a partir de la cual pueden empezar a utilizarse las subvenciones.
«Esta inversión sigue estando concedida y es válida»
«Hemos encontrado mucha comprensión por parte de la Unión Europea para flexibilizar los plazos en los que esta inversión sigue estando concedida y es válida, algo que celebramos, porque en un primer momento pensábamos que podía ser diferente. Aún disponemos de tiempo suficiente para reconsiderar la inversión y seguir contando con esta subvención por parte de la Unión Europea. En ese sentido, estamos tranquilos», aseguró Carles Navarro.
«Lo que estamos haciendo ahora -prosiguió Carles Navarro- es esperar un momento más propicio. El año pasado revisamos los fundamentos del proyecto y vimos que, de haberse puesto en marcha en 2028, como estaba inicialmente previsto, no habríamos tenido suficiente volumen de baterías para reciclar, y por tanto la planta no habría sido rentable. Así que tenemos que esperar un momento en el que esté asegurada la entrada de materia prima y haya clientes finales dispuestos a aprovechar esa capacidad».
«Somos optimistas: Tarragona sigue siendo hoy la ubicación escogida por el grupo»
Nuevos proyectos para Tarragona
¿Hasta cuándo prevé que llegue esa «flexibilidad» que BASF asegura que ha obtenido por parte de la Comisión Europea? «Afortunadamente, todavía disponemos de tiempo -y no hablo de meses, hablo de años- para poder tomar esta decisión con calma. Por tanto, estamos razonablemente tranquilos en este aspecto», aseguró el director general de BASF Española, que añadió que esta empresa sigue buscando nuevos proyectos para Tarragona.
«Todo lo relacionado con la economía circular -aseguró Carles Navarro- va a ser un área de crecimiento tanto para la industria química en general como para nosotros en particular. En este momento estamos analizando diversas vías para aprovechar esta tendencia y ver si podemos atraer alguna inversión a Tarragona. De momento no estamos en condiciones de ser más concretos, pero realmente creemos que es en este ámbito donde se van a generar las mejores oportunidades».
«Hemos encontrado mucha comprensión por parte de la Unión Europea para flexibilizar los plazos»
Sin ayudas del Gobierno y del Govern
La puesta en stand by del proyecto BBRT decidida el pasado mes de julio ha tenido, sin embargo, consecuencias. La más destacada, tener que renunciar a unos 27 millones de euros concedidos por el Ministerio de Industria (15,8 millones de euros del PerteVEC) y la Generalitat de Catalunya (unos 11 millones de euros).
«La economía circular va a ser un área de crecimiento: estamos viendo si podemos atraer alguna inversión a Tarragona»
«La presencia de ayudas -reconoció Carles Navarro- es un factor muy importante para que la inversión se pueda realizar y salga adelante», aunque en este caso priorizó conservar los 100 millones de euros del Fondo de Innovación de la UE. «Sin esta ayuda -destacó- el proyecto perdería una parte importante de su atractivo. Ese es el papel que tienen las ayudas y subvenciones: hacer que estas inversiones sean menos arriesgadas y mejorar su rentabilidad».
Respecto a las ayudas perdidas, explicó que «hemos tenido que renunciar a ellas, aunque no descartamos poder recuperarlas a través de programas posteriores, ya que estaban muy vinculadas a plazos concretos de ejecución».
«Es necesario -concluyó- esperar a que mejoren las condiciones, pero somos optimistas. Tarragona sigue siendo hoy la ubicación escogida por el grupo, debido a la gran cantidad de ventajas que la han hecho merecedora de esta confianza. Contamos con que siga así».