En los ojos de Tadej Pogacar (Eslovenia, 1998) siempre hay hambre. Nunca tiene suficiente. Se sienta el primero en la mesa y se marcha el último. Engulle y engulle victorias como si la general no existiese. El Tour de Francia ha sido una constatación de que en estos momentos es el mejor ciclista del planeta con diferencia. Lo suyo ha sido una exhibición de principio a fin. Nunca ha permitido hacer titubear su superioridad. Nadie le ha tosido porque directamente, nadie ha podido.
El ciclista esloveno de solo 25 años culminó este domingo su tercera conquista del Tour de Francia en la que ha sido su triunfo más completo hasta la fecha. No solo ha dominado la general (le ha sacado más de 6 minutos a Vingegaard, segundo clasificado), sino que ha añadido seis triunfos de etapa en los que ha evidenciado que tiene más pulmones que el resto. A esa máquina corporal le añade una mentalidad competitiva hasta el extremo que hace que él nunca regale victorias. Si puede ganar, gana.
‘El Canibalito’, así se le apoda por su voracidad insaciable, ya perpretró una conquista similar hace pocos meses atrás y Tarragona fue testigo de ello. En concreto, Altafulla se vistió de gala un viernes 22 de marzo para albergar la salida de la quinta etapa de la Volta a Catalunya.
El municipio de la Costa Daurada se vistió de gala en su estreno en la ronda catalana. Fue el escenario de la salida y el lugar tarraconense que disfrutó del carisma y la figura de un Pogacar que corría aquella competición, pensando en preparar el Tour de Francia en el que ha reinado.
Al igual que ha sucedido en la ronda francesa, Pogacar tampoco tuvo rival en la Volta a Catalunya. Conquistó la general y sumó cuatro triunfos de etapa en una semana de carrera en la que exhibió un poderío físico y mental que dejaba vislumbrar lo que podía hacer en este Tour.
Probablemente nadie esperaba un triunfo tan solvente y dominador del esloveno, pero lo que está claro es que Altafulla siempre podrá presumir que fue un paisaje en el que Pogacar salió y rodó antes de firmar su tercer Tour de Francia. Una joven leyenda de solo 25 años que está dispuesto a todo. Nadie ha ganado tanto en tan poco tiempo.
¿Quién es Pogacar?
Pogacar es un ciclista esloveno de 25 años que se curtió en las nieves de su país natal, Eslovenia. Nacido en Komenda, comenzó primero dándole patadas a un balón, pero a los 9 años cambió el cuero por las dos ruedas. Su influencia fue su hermano, Tilen, quién competía para el equipo local y le inspiró a subirse encima de una bicicleta de manera más competitiva. Y eso que los testimonios cuentan que eran bajito y delgado de pequeño que apenas llegaba a los pedales de su bicicleta.
Su amor por la bicicleta es tal que también es graduado en el colegio de Ingeniería Mecánica de Liubliana. Además, también se matriculó en la Facultad de Gestión Deportiva de Kranj, pero no llegó a finalizar los estudios superiores.
Un ciclista precoz
El esloveno es un ciclista que dejó destellos de una calidad inusual sobre las ruedas a muy temprana edad. Dicen que los ciclistas suelen alcanzar su pico de rendimiento pasado los 30, pero Pogacar rompió la teoría como nunca antes se había hecho.
Tanto, que en su debut como profesional en las filas del UE logró un tercer puesto en la general de la Vuelta España en su debut. Algo impensable con solo 20 años de edad. Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Con solo 21 años conquistó su primer Tour de Francia, siendo el campeón más joven de toda la historia.
Pogacar gana tanto que quiere ser el ciclista que más triunfos de etapa colecciona en el Tour de Francia. Suma 17 en lo que va de carrera y la marca récord está en manos de Mark Cavendish, con 35 victorias. La distancia todavía es larga, pero a Pogacar le queda mucha carrera por delante.