Pablo Fernández no pudo celebrar sus 100 partidos con la camiseta del Nàstic de mejor forma. El delantero asturiano fue el autor del gol que dio los tres puntos al conjunto tarraconense ante el Celta Fortuna en el Nou Estadi.
El Club grana quiso conmemorar la efeméride y en los instantes previos al partido de la jornada 33 de liga de la Primera Federación recibió un regalo de manos del presidente del Nàstic, Josep Maria Andreu. El dirigente entregó al delantero asturiano a pie de césped una camiseta del equipo con el dorsal ‘100’ a su espalda. La afición regaló una sonora ovación a uno de sus futbolistas más queridos. No sería la única.
En el minuto 55 de partido llegó la segunda. Pablo Fernández cabeceaba a bocajarro un centro de Joan Oriol. El meta del Celta Fortuna nada pudo hacer. El Nàstic culminaba una de las pocas transiciones que consiguió elaborar en el encuentro. El asturiano celebró con los brazos abiertos su séptimo tanto de la temporada y decimoséptimo con la camiseta del Gimnàstic de Tarragona.
El equipo defendió ese gol con uñas y dientes. La necesidad de sumar músculo en el centro del campo, como Óscar Sanz, y reforzar la defensa con Dufur como tercer central llevaron a Pablo Fernández al banquillo antes de la finalización del choque. El Nou Estadi puesto en pie despidió a su goleador.
Como era de esperar, el delantero de Candás fue uno de los jugadores granas que aparecieron en la zona mixta del Nou Estadi. «Cien partidos es un orgullo y quiero seguir sumando», ha dicho ante los medios el futbolista que «tenía ganas de volver a marcar, el gol me da mucha confianza».
A Pablo Fernández se le da muy bien el Celta Fortuna. Suyo fue el gol que dio la victoria en el partido de la primera vuelta en Barreiro (0-1) y también de su cabeza salió el gol de la victoria en el Nou Estadi ante el filial vigués. «Tengo la suerte de marcar en la ida y la vuelta. Es gracias al equipo ha competido como animales».