La victoria del Nàstic de Tarragona frente al Barça Atlètic permitió calmar las aguas, pero la tormenta sigue al acecho. La única manera de seguir navegando al horizonte correcto, el playoff, es acumulando victorias que permitan despejar el temporal.
Tras el vital triunfo ante el filial azulgrana toca una de esas visitas que cuando uno las observa en el calendario tuerce el gesto. Tarazona se ha convertido en un infierno de la categoría.
El humilde equipo maño ha convertido su feudo en un fortín en el que no demasiados equipos salen con una sonrisa en su rostro. Este año solo ha cosechado tres derrotas en su campo en 13 partidos. El resto de resultados son cinco victorias y cinco empates.
Acudir a Tarazona es sumergirse en un claro contexto. Allí no hay sorpresas porque todos los rivales saben lo que les espera. Para conseguir ganar allí se tiene que completar un partido muy completo en todas las facetas. Reinar en un juego que ellos proponen y dominan con naturalidad. No resulta nada sencillo conseguir eso, de ahí a que ganar en ese escenario no sea apto para todos.
El Tarazona es un equipo tremendamente físico. Un conjunto construido para hacer de cada duelo una batalla. Si no se juega a tope de intensidad es imposible competirles. Su talento no llega a todas partes, pero su corazón sí y eso provoca que ni el tiempo ni el espacio sobren en ese feudo.
El Nàstic ya sabe lo que es jugar allí. Lo hizo la temporada pasada y se marchó derrotado por 1-0. Fue en un mal partido de unos granas que se vieron arrastrados por el empuje local que por aquel entonces quería escapar del descenso. A día de hoy, su situación en la tabla es algo más tranquila. El Tarazona ha comenzado la jornada en undécima posición y está a cuatro puntos del descenso. En otras palabras, van por el buen camino, pero necesitan seguir acumulando victorias, sobre todo en casa, para volver a sellar la permanencia en Primera RFEF otra temporada más. Sería un absoluto éxito para un equipo con un presupuesto muy limitado, pero al que le extrae hasta la última gota.
El Nàstic quiere encadenar su segunda victoria consecutiva y sumar un triunfo como visitante que le daría mucha confianza y moral de cara a la recta final de la temporada. El triunfo de la pasada jornada ante el Barça Atlètic sirvió para despejar de manera momentánea los fantasmas sobre el banquillo. Dani Vidal volvió a reinar en un día clave y hoy quiere volver a soltar otro puñetazo en la mesa.
Para el partido en Tarazona, Dani Vidal no podrá contar con Borja Granero que es baja segura, mientras que David Juncà será duda hasta última hora. David Concha, que se perdió el duelo frente al Bilbao Athletic por molestias, está listo tras completar la semana con normalidad.
El conjunto grana comienza la jornada metido de lleno en la pelea por un playoff en la que meterse este año va a ser muy complicado. Son muchos los equipos con plenas opciones matemáticas para ello, pero solo hay cinco puestos en juego. El liderato, de momento, está en manos de una Cultural Leonesa que observa la pelea de gallos desde el ático al sacarle ocho puntos a la Real Sociedad ‘B’, con un partido menos. Cuando acabe esta jornada, solo faltarán 10 por delante. El tiempo corre, aprieta y no espera.