El Nàstic se ha convertido esta temporada en un equipo que cree hasta el final. Nunca se da por vencido y hasta que el árbitro no señala el final del encuentro, pelea. El partido de ida de las semifinales del play-off ante el Ceuta en el Alfonso Murube fue un buen ejemplo para ello. El conjunto grana consiguió el empate cuando el partido ya agonizaba. Fue Ander Gorostidi el autor del gol de cabeza en el 91’ de partido. No fue una casualidad el tanto de la igualada. Tampoco lo es que el Nàstic se haya convertido en un especialista en decantar marcadores en los minutos finales del encuentro.
Los de Dani Vidal suman con el tanto de Ander Gorostidi ante el Ceuta nada más y nada menos que 11 goles en la franja entre el minuto 75 y el final del encuentro. En la recta final del encuentro, el conjunto tarraconense afila colmillo. De hecho, el gol que metió al Nàstic como segundo en la liga regular también llegó en el tramo final. Fue mediante Pablo Trigueros que marcó en el 90’ el tanto de la victoria frente al Rayo Majadahonda en el Nou Estadi Costa Daurada. También marcó Marc Fernández en la penúltima jornada en el Johan tras un gol de volea en el 80’.
De los 11 goles en la agonía que suma el Nàstic, hay otros dos, más allá del logrado ante el Ceuta, que no se olvidan entre los seguidores granas. El primero fue en la tercera jornada de campeonato ante el Barça Atlètic. Ander Gorostidi, al igual que en la ida de las semis del play-off, marcó en el descuento el tanto de la victoria del Nàstic. Tres puntos que con el paso del tiempo han permitido a los granas ser segundos y afrontar el play-off con ventajas.
Sin embargo, el gol agónico que más se recuerda es el conseguido en la 16ª jornada en el Nou Estadi Costa Daurada ante el Tarazona. Mario Rodríguez marcó en la última jugada del partido con el descuento ya casi cumplido un tanto que le daría una victoria que salvó la cabeza de Dani Vidal. Sin ese gol se hubiese firmado un cambio de banquillo que por fortuna se evitó.