El Nàstic está a menos de una semana para el inicio de la temporada oficial en su debut liguero frente al Ourense. La pretemporada ha sido positiva porque el equipo ha transmitido que mantiene su idea de juego clara y la confección de la plantilla está muy avanzada. No se descartan retoques si suponen un salto de calidad, pero no se harán movimientos si no se mejora lo que hay.
Esta estrategia responde también al puesto de delantero. El Nàstic lleva semanas rastreando el mercado en busca de un ariete que convenza. Debe suponer una amenaza para Pablo Fernández y Antoñín a la par que ofrecer un perfil diferente. Noel López y Marquitos Fernández eran dos nombres que gustaban a la dirección deportiva grana, pero que con el paso de los dos días han ido perdiendo fuerza.
El delantero del Real Madrid Castilla era una opción que los tarraconenses contemplaban. Ficha sub-23 y con proyección encajaba claramente dentro del perfil. Sin embargo, los granas lo querían en propiedad y la entidad blanca prefería una cesión. Eso unido al interés de otros equipos enfrió el interés.
En realidad, el sueño siempre ha sido Marquitos Fernández. Un delantero muy del gusto de la dirección deportiva y al que Dani Vidal conoce perfectamente de su etapa en la cantera del Nàstic. El delantero cambrilense lleva varias temporadas siendo uno de los arietes con más futuro de la cantera del Betis, a la que llegó en edad juvenil, y en Tarragona soñaban con una posible cesión. Durante unas semanas se mantuvo viva la esperanza, pero su pretemporada con el primer equipo verdiblanco no ha ayudado. Marcó un doblete ante el Salzburgo que le colocó en la palestra. Los rumores apuntaban a que podía tener sitio en el primer equipo, aunque otros también le situaban en la órbita de Segunda División. Sin embargo, el desenlace puede tener sorpresa, ya que según ha podido saber el Diari su futuro apunta en estos momentos a Barcelona. El Barça le quiere reclutar para su filial y está negociando un traspaso con el Betis en unas cifras con las que el Nàstic ni siquiera puede soñar.
Así pues, la dirección deportiva está en estos momentos analizando diferentes escenarios. Se sigue trabajando y al deseado perfil de delantero sub-23 se le añade la posibilidad de fichar un ariete con ficha profesional. En Segunda División se va a entrar en el período de descartes y el Nàstic está atento por si hubiera algún perfil que se ajustase a las pretensiones deportivas y económicas. Eso provocaría que hubiese que dar de baja tres fichas profesionales de la actual plantilla. La de Borja Martínez, salida que está al caer, y dos más, teniendo Iván de la Peña muchos números para ser uno de los escogidos. De hecho, para inscribir a Álex López se necesita la salida del central catalán.
Lo que está claro es que no se va a parar de buscar un ‘9’, pero se va a hacer con la tranquilidad de que en la plantilla ya hay dos delanteros de mucho nivel y jugadores que también pueden ocupar la doble punta de lanza, aunque no sean arietes puros. Pablo Fernández y Antoñín Cortés han completado una pretemporada de altos vuelos y han dejado claro que venga quien venga lo va a tener complicado por hacerse con un sitio en el once. Ambos mezclan a la perfección y su dupla apunta a ser de las mejores de toda la Primera RFEF.
Además, Jaume Jardí, Marc Fernández, Mario Rodríguez e incluso Santi Guzmán, de la Pobla, han demostrado ser jugadores que también pueden jugar por dentro. Los tres han actuado en posiciones adelantadas durante este verano, aportando dinamismo y verticalidad en el frente de ataque. Esta situación no sería novedosa para un Nàstic que cerró el pasado mercado de verano con Pablo Fernández y Gorka Santamaría como delantero puros en la plantilla. Luego en invierno llegó Alan Godoy que disparó el rendimiento del equipo con sus goles. Quizás ese podría ser otro escenario escogido, esperar al mercado invernal en el que siempre aparecen nuevas oportunidades.
Pase lo que pase, el Nàstic tiene todavía casi dos semanas por delante para rematar una plantilla que ya cuenta con argumentos ofensivos. Fichar un tercer ‘9’ sería la guinda. En eso se está, pero no a cualquiera.