«En un año he conseguido el 75% de lo que me propuse al venir al Wisla»

El tarraconense Kiko Ramírez ha confeccionado un equipo campeón de la Copa de Polonia, estando en Segunda División del país. El año que viene jugará la Europa League, pero antes buscará el ascenso a Primera

07 mayo 2024 19:07 | Actualizado a 08 mayo 2024 07:00
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Cuando el tarraconense Kiko Ramírez aceptó la propuesta del presidente del Wisla Cracovia polaco, Jarsolaw Krolewski, para asumir la dirección deportiva del equipo, se marcó tres objetivos: subir de categoría, llegar lo más lejos posible en la Copa de Polonia y ascender al filial, de reciente creación, a la cuarta división del país. Un reto que va camino de completar en un año y medio.

El exjugador y exentrenador del Nàstic, además de CE Sabadell y Castellón, entre otros, tenía buena prensa en el club polaco. En 2017, como técnico del equipo, lo rescató de un previsible descenso y lo llevó hasta clasificarlo para las competiciones europeas. Su apuesta por el mercado de jugadores español dio resultado y aunque acabó destituido por las circunstancias que rodeaban entonces al club, dejó un buen recuerdo.

Al menos, en la memoria del actual presidente de la entidad, que se aferró al tarraconense para tratar de reflotar nuevamente a un club con enormes problemas económicos y en Segunda División (1 Liga).

Kiko Ramírez asumió el reto en diciembre de 2022. Desde los despachos, el tarraconense insistió en aplicar el modelo español. Explotó el mercado ibérico para llevarse a futbolistas de la talla de David Juncà, el reusense Goku, establecido en Polonia desde 2016, Marc Carbó o Ángel Rodado. Futbolistas que salían de una lesión o que no contaban en sus equipos. «Era arriesgado hacer este tipo de incorporaciones. Primero porque eran extranjeros y hay mucha presión en el club debido a su situación financiera. Nos cuesta llegar a final de mes, por lo que no podemos firmar a golpe de talonario, sino que ofrecemos un reto deportivo», explica Ramírez que también confió el banquillo al técnico español Albert Rudé.

La apuesta, como en su primera etapa, ha salido ganadora. El Wisla Cracovia se alzaba el pasado 2 de mayo con su quinta Copa de Polonia en una final trepidante ante el Pogon Szcezecin que se resolvió en la prórroga. «Es histórico que un equipo de la 1 Liga consiga ganar ante uno de la Ekstraklasa. Además, merecidamente, porque fuimos mejores», cuenta.

Una Copa, que no ganaban desde 2003 y que pone fin a la sequía de más de una década sin levantar un título. La última vez que celebraron un campeonato fue la liga 2010/11.

El triunfo copero es satisfactorio, pero el principal objetivo de la temporada es el ascenso a la máxima división del fútbol polaco. Es lo mínimo para un club que «vendría a ser un Valencia o un Betis por la cantidad de gente que metemos en nuestro estadio, unas 30.000 personas».

Espera que el esfuerzo copero no les pase factura. Este lunes, no pudieron vencer al colista de la liga, Zagelbie Sosnowiec, en el partido aplazado. Empataron a uno, tras el gol de Rodado en el 90 y fallar un penalti en el descuento. Cierran las posiciones de play-off de ascenso, pero con un margen de un punto. Quedan tres jornadas, tres encuentros decisivos. «Llevamos jugando ‘finales’ desde que comenzó la temporada. Lo dije hace unas semanas y lo mantengo: Si ganamos la Copa, ascendemos».

La Copa les otorga un billete para la próxima edición de la Europa League. Un premio que «me planteé pero en unos años, no así», admite Ramírez que espera poder disfrutar de esa plaza europea como equipo de la máxima categoría polaca.

A diferencia de la primera etapa, Kiko Ramírez se trasladó a de Tarragona a Cracovia con toda la familia. Llevó su tiempo, pero todos están ya adaptados al país. Sus hijos estudian en la ciudad y el chico, Dani Ramírez, de 17 años, está creciendo en el filial del Wisla Cracovia. Central zurdo ha cogido físico y se ha convertido en titular indiscutible.

Un segundo equipo que también fue una apuesta de Kiko Ramírez. Dejó de lado la tradición polaca de mantener a tres o cuatro jugadores veteranos en los filiales, para marcar la línea de juventud en los 23 años. Como en España. El resultado es que los jóvenes del Wisla están a un paso de ascender a la cuarta categoría. Solo han perdido un partido en lo que va de temporada.

Todo va rodado en Cracovia. Solo falta que el Wisla Cracovia vuelva a la categoría que le pertenece.

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