Javi Robles (Barcelona, 1975) sintió devoción por la gestión de grupos. De muy joven decidió inaugurar su aventura como entrenador, después de un breve paso por el fútbol modesto. La capacidad que ha exhibido para trabajar con las categorías inferiores no ofrece sospechas. En su cuaderno de méritos colecciona ascensos y registros históricos. Tanto en Tarragona como en Reus, las dos casas grandes del fútbol provincial. A pesar de su conocimiento, jamás le han dado la oportunidad ni siquiera de dirigir a un filial a nivel profesional.
Nacido en Barcelona, aunque instalado en la provincia desde los 10 años, Robles no se ha cansado de devorar fútbol en cualquier rincón de la península. Ha llegado a realizar informes en épocas sin equipo y no ha cesado en la formación. La sabiduría del técnico la ha aprovechado el Reus en su estructura deportiva durante los últimos tres años. Los resultados avalan a Robles. Cogió al juvenil A rojinegro en la 2016-17 en categoría Preferente. Dos ascensos consecutivos devolvieron al Reus en la División de Honor, la máxima categoría. El club solo la había disfrutado en dos ocasiones anteriores, aunque como equipo ascensor. Jamás logró mantenerse. Robles lo ha logrado esta temporada, con una plantilla justa de recursos, pero con un trabajo de continuidad fascinante.
Al último viaje actual se le ha añadido un factor incómodo, la situación institucional y económica del Reus. Con el club moribundo, Robles ha convencido a sus chicos de que la mayor reivindicación contra la dificultad se encontraba en el césped, alcanzando un objetivo histórico como la primera permanencia en División de Honor. El domingo acabó el complejo tránsito ante el actual campeón, el Zaragoza. El Reus había llegado al partido con el trabajo realizado. Robles aterrizó en la entidad avalado por los coordinadores del fútbol formativo, Iván Taranilla y Marc Carrasco, y con el beneplácito del director deportivo, Sergi Parés. El técnico ha devuelto esa confianza con premios a corto plazo y una metodología incuestionable.
Entrenador con predilección por el fútbol combinativo, Javi Robles ha necesitado reinventarse esta temporada y revisar su ideario. Consciente de las limitaciones del Reus para competir con los grandes como Barça, Espanyol o Zaragoza, ha precisado darle un carácter más defensivo a su equipo, que se ha convertido en el rey del empate en la categoría. Ha logrado restarles puntos a Barça y Espanyol, misión casi imposible para el resto de los mortales.
Currículum en Tarragona
Robles empezó a hacer currículum en el Nàstic. En 2003, con sólo 28 años, colocó al juvenil A en División de Honor por primera vez en la historia. Cumplió dos etapas de grana y cuando parecía que su tiempo para dirigir a la Pobla, el filial, había llegado, el fichaje de última hora de Martín Posse le cortó el camino. Tipo integral, más de unir que separar, Javi nunca se ha postulado en el márketing del fútbol, muchas veces más importante que el conocimiento. Quizás por eso, a día de hoy, no ha contado con una llamada cerca de la profesionalidad. Fue segundo de Bonet en el Sabadell de Segunda B y dirigió al Cambrils en la antigua Preferente. Los que le conocen aseguran con rotundidad que anda capacitado y preparado para mucho más.
El técnico dispone de contrato en vigor con el Reus. Otro año más que Oliver le firmó para darle un lugar en el staff del fútbol profesional, o en el filial o en la primera plantilla. La mala cabeza del antiguo propietario con la gestión va a provocar que eso sea imposible.