Gonzi es una bendición para la portería del Nàstic. Chico humilde, trabajador, que hace vestuario y que pelea siempre desde el respeto. Llegó a Tarragona entre el silencio, sin que le acapararan los focos, sabiendo que su rol no era principal en un primer momento, pero que con trabajo y talento le podría dar la vuelta a la lógica.
Así lo hizo ya cuando siendo todavía un adolescente le dijeron que lo mejor era que se formase como entrenador de porteros porque para el fútbol de élite no tenía las condiciones suficientes.
Le achacaban que su altura (184 cm) no era lo suficiente para el fútbol profesional. Como si los centímetros lo fuesen todo en el mundo del balompié para un portero. No anduvo muy acertado aquel que le recomendó. No conocía la evolución del guardameta en el fútbol moderno, cada vez más presente en el transcurrir del juego, y sobre todo a Gonzi.
Aquellas palabras le marcaron y se las repite cada día antes de salir a entrenar. Lo suyo es una lucha contra los tabús. Lucha contra dos, el de la altura y el de la edad. Gonzi se ha ganado el cariño del aficionado del Nàstic. Los granas le ven como su guardameta titular. Entienden que se lo ha ganado a pulso. Llegó siendo el suplente de Wilfred y aprovechó las lesiones y el mal rendimiento del portero andaluz para adelantarle por la derecha. No lo tuvo fácil porque Toni Seligrat depositó toda la confianza en el sevillano, pero al final cedió a la lógica.
Fue hace dos semanas ante el Llagostera cuando por primera vez Gonzi era titular con un Wilfred en perfecto estado. Por primera vez su titularidad respondía a una decisión técnica. El esfuerzo y la seguridad mostrada bajo palos unido al bajo rendimiento del andaluz en la portería propiciaban el cambio en la portería. El navarro dejó la portería a cero, pero lo cierto es que no tuvo mucho trabajo. Las paradas se las guardaría para la próxima jornada.
Ante el Espanyol B no fue una mañana tranquila en Sant Adrià del Besós. El filial perico sacó a relucir su colmillo con un juego vertical y preciso que consiguió encontrar más grietas de las habituales en el entramado defensivo tarraconense. Sin embargo, no contaban con que en la portería grana había un portero con ganas de exhibirse y reivindicar su capacidad para ser el portero titular del Nàstic en medio de tanto debate.
Lo hizo y firmó varias paradas de mucho mérito. Intervenciones de esas que dan puntos y que diferencian a un buen portero de un guardameta de equipo grande. El Nàstic rascó un empate en la agonía con un gol de Quintanilla, pero lo cierto es que buena parte del punto estuvo también en las manos y las paradas de Gonzi que mantuvo con vida a los tarraconenses durante todo el partido.
Elogiado por Seligrat
Toni Seligrat no dudó en elogiar a su portero ante los medios: «Lo que menos me ha gustado es que hayan hecho un gol porque a Gonzi hoy no le hacen un gol, sino llega a ser por el gol en propia puerta. Ha estado extraordinario y se merecía la puerta a cero».
El lunes Wilfred dejaba el Nàstic y Gonzi volvió a hacer alarde de su compañerismo mediante las redes sociales cuando se despedía del ya exportero grana: «Suerte allá donde vayas amigo. Gracias por cada entrenamiento y por cada momento. ¡Eres grande y el fútbol te espera!». Nos son palabras para la galería porque el navarro siempre ha entendido a Wilfred como un compañero y no como un rival en la portería.
Ahora el Nàstic anda en la búsqueda de un nuevo guardameta que sustituya al de Los Palacios en la portería grana. Hay varios candidatos aunque la terna va disminuyendo. René Román es uno de los favoritos. Gonzi no teme y espera acontecimientos. Sabe que su actuación ante el Espanyol B fue un golpe en la mesa y se siente fuerte. A día de hoy la portería tarraconense del Nou Estadi le pertenece y no está por la labor de cederla. Gonzi ha dado un paso al frente. Gonzi promete batalla. Hay portero para el presente y el futuro.