Nàstic: Frágiles en defensa e inoperantes en ataque

El conjunto grana fue un equipo indolente ante la Ponferradina. En defensa regaló dos goles y en ataque no tuvo fluidez ni mordiente alguna

09 diciembre 2024 20:32 | Actualizado a 11 diciembre 2024 07:00
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Hay derrotas que preocupan más por la forma que por por el fondo. Perder en El Toralín no resulta ningún episodio trágico, pero hay maneras y maneras. El Nàstic de Tarragona cayó ante la Ponferradina en un tropiezo que preocupa porque reflejó algunos de los malos vicios granas y a ellos le añadió unos defectos que durante el resto de la temporada apenas se habían apreciado.

La derrota en El Bierzo no esconde muchos secretos. Es relativamente sencilla de explicar porque el Nàstic no hizo nada para ganar y le regaló la victoria a la Ponferradina, ofreciendo una versión que no se puede permitir un equipo que quiere pelear por la primera plaza.

Hubo dos factores que marcaron la tercera derrota consecutiva del Nàstic. Ya se había caído ante la Cultural Leonesa en liga y ante el Huesca en Copa, pero sin dudas que este tropiezo fue el más preocupante. El conjunto grana fue un equipo que volvió a evidenciar que cuando no juega al 100% de intensidad y concentración sufre y mucho en defensa. Lo de dejar las porterías a cero casi por inercia como sucedía la temporada ya es pasado. Se podría hablar, como se suele hacer, de que la pareja de centrales ya no es la misma, pero este pasado domingo los dos goles nacen mucho más allá de dentro del área, aunque también culminaron dentro de ella por la falta de contundencia.

El conjunto de Dani Vidal tiene que mentalizarse que ha perdido talento defensivo, que es un equipo que se desordena más porque es cierto que ataca con más riesgo y que eso conlleva que el desgaste y el orden defensivo jamás se negocie. De los últimos seis goles que han encajado los granas en los últimos tres partidos no hay ni uno que no sea evitable. Hay goles en los que solo queda aplaudir al rival por una buena construcción ofensiva colectiva o una acción brillante en lo individual, pero no ha sido el caso.

Los dos goles recibidos frente a la Ponferradina fueron subsanables. Existó talento en ellos, pero también colaboraron las facilidades defensivas que ofreció el Nàstic. No puede ser que un equipo rival te desordene con tanta facilidad y cuando llegue el área no seas capaz de frenarle. Si a un equipo como la Ponferradina le dejas tanto aire para construir y luego no le impidas definir, el final está escrito.

Señalar solo a la zaga defensiva sería injusto porque las jugadas no nacen en el área propia, sino mucho antes y ahí es responsabilidad de todos. Desde ser más agresivos, estar más atentos a las marcas y bascular con mayor criterio y celeridad.

El propio técnico de los granas reconoció que está preocupado con el camino que está volviendo a coger el Nàstic en defensa. «Lo de los goles en contra sí empieza a coger una línea que no me gusta, porque no nos han forzado demasiado». Un resumen perfecto para una defensa tarraconenses que vuelve a las andadas del inicio de temporada. Ya son 20 goles en contra en 16 jornadas. La media sale a más de un gol encajado por partido, siendo el equipo que más goles ha encajado con diferencia de los que ocupan puestos de play-off.

Si la defensa en El Toralín no estuvo a la altura tampoco lo estuvo un ataque del Nàstic que fue indolente e inoperante. No hubo ritmo de juego, inspiración individual y capacidad de rebelión. El equipo grana completó, con permiso de la debacle de Arenteiro, su peor partido en ataque de toda la temporada.

Solo un disparo a puerta en todo el partido y que llegó en el minuto 85 con un suave cabezazo de Cortés fue el bagaje en ataque de los tarraconenses. No se generaron ocasiones porque no se supo como atacar a una Ponferradina que defendió con facilidad a un equipo que jamás la sometió y que no la desordenó porque su ritmo de pelota fue lento y luego tampoco fue capaz de estar preciso en las transiciones.

Ya van dos partidos consecutivos en los que ha faltado claridad de ideas en metros finales. El conjunto grana sí que ha sido durante toda la temporada un conjunto con capacidad de generar ocasiones y aprovechar muchas de ellas. Los 21 goles en 16 jornadas no son casualidad. Eso sí, toca subir el nivel porque los dos últimos encuentros ante Ponferradina y Huesca son un claro ejemplo de lo que no hay que hacer. Ahora calma y trabajo. De todo se aprende.

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