El waterpolo femenino español se cuelga por fin el oro olímpico

España ha conseguido su primer oro después de tres finales olímpicas

10 agosto 2024 16:44 | Actualizado a 10 agosto 2024 17:51
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Sabían las españolas que era «el partido de sus vidas» y no fallaron. Con una maravillosa intervención de la meta Martina Terré, los goles de Bea Ortiz, que con cuatro fue la mejor, pero también de Anni Espar y de Maica García, dos de las que empezaron el camino en 2011 y este sábado firmaron una actuación para enmarcar.

Londres, Tokio... París. Dos platas olímpicas en doce años, una primera celebrada por lo inesperada; la última, hace tres años en la capital nipona, llorada por la expectativa generada y el doloroso 14-5 contra Estados Unidos que ha perseguido en los últimos tres años al equipo español.

Pero a la tercera ha sido la vencida y en la Ciudad de la Luz, la selección femenina española de waterpolo ha tocado el cielo, un sueño perseguido largamente, una historia con muchas protagonistas y que ha culminado en la piscina de La Défense, en un gran escenario, donde 15.000 almas contemplaron el éxito del milagro español.

Un camino que se inició con un Mundial Junior conquistado en Trieste (2011) por un equipo que empezó a asomar la cabeza a lo grande, con aquella medalla de plata olímpica en Londres 2012, con aquel animoso grupo de jóvenes jugadoras de las que aun hoy están en el equipo Pili Peña, Anni Espar, Maica García y Laura Ester. Bueno, ellas, y el seleccionador, Miki Oca, y su ayudante, Jordi Valls, el descubridor de los grandes talentos.

Antes de saltar a la piscina, España sabía que era su momento y, salvo el 1-0 inicial, jugó con tal determinación que no cedió ni una ventaja más frente a un rival más físico, que tuvo muchas más superioridades, pero que nunca dispuso de armas para responder al juego de las de Oca.

El partido se mantuvo en distancias muy cortas, del 2-2 al término del primer tiempo, al 3-2 para España en el descanso, después del primer gol de Maica García.

Si Martina Terré fue fundamental durante todo el partido, Bea Ortiz fue la que inclinó la balanza en el tercer cuarto. Hasta tres goles consecutivos anotó la lanzadora del Sabadell para empezar a creer en la victoria con el 6-3. Recortaron las 'aussies', pero Anna Espar dejó el margen de seguridad de nuevo en tres (7-4), tras un penalti forzado por Paula Camus.

A los últimos ocho minutos se llegó con 7-5 y, pese a un tanto de las oceánicas en el inicio del cuarto final (7-6), España no se desmoronó. Siguió creyendo, buscó el juego con las boyas... y volvieron a aparecer Terré y Ortiz, con su cuarto gol.

Cuando a 4:12 para el final Maica García volvió a anotar (9-6), el oro estaba en la mano, pero Alice Williams puso el 9-7. El destino le tenía reservado otro gran momento a Anna Espar, otra de las pioneras, y otro guiño más con el 11-7, anotado por Maica García, que también había estado en el primer equipo original.

Lo que pasó en los últimos 109 segundos es historia. Laura Ester, la meta titular, una de las cuatro de Londres, lloraba en el banquillo; como Pili Peña, la capitana, en el que seguramente fue su último partido con España.

Así que el waterpolo femenino español, campeón del mundo y de Europa, con clubes campeones de todo, sumó su decimocuarta medalla en el concierto universal, el premio más deseado, el oro, el título más grande para un deporte en el que España es una referencia mundial con apenas 1.208 licencias federativas registradas en septiembre pasado, 1.208 frente a, por ejemplo, las 107.800 mujeres federadas en el fútbol español.

A ellas «siempre les quedará« París y éste 2024, como a ellos, que se han vuelto a quedar sin medalla, siempre les quedará Atlanta y aquel lejano 1996. Es el milagro del waterpolo español, de esa pequeña familia que ya no tiene más vitrinas para guardar los trofeos que atesora y que sigue persistiendo, siendo una referencia mundial.

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