Cinco años después, el Nàstic consiguió volver a ganar en el estreno del Año Nuevo. Los granas fueron inmensamente superiores al Cornellà. Dominaron el partido a su antojo. Con las ideas bien claras de cómo hacerle daño al rival y minimizando sus virtudes. Fue el triunfo perfecto. Portería a cero, cero ocasiones concedidas y tres goles. Con jugadores como Jardí, Óscar Sanz y Concha cada vez más entonados. Con Marc Fernández descorchando el cava de los goles. La mejor forma de iniciar el 2024.
El Nàstic saltó al verde del Nou Estadi con la clara intención de coger el 2024 con fuerza. Firme. Con intención de ser protagonista desde el primer minuto. Se les veía con ganas a los jugadores tarraconenses. Con aplomo con balón y anticipándose al rival en defensa. Al Cornellà solo le quedó asentarse atrás y esperar a que pasara el chaparrón.
Óscar Sanz volvió a ganarle la partida a Montalvo en la pugna que mantienen ambos por la titularidad. El de Vilanova ha visto el hueco y se ha colado para instalarse en el once. Con todas las de la ley. En Logroño mostró el equilibrio que era capaz de imponer en el equipo. Ante el Cornellà lució su capacidad de imponerse en los duelos físicos, pivotar el juego y limpiar la salida de balón.
Jardí, Concha, Andy y Pablo Fernández se aplicaban en la presión con tesón, obligando al conjunto barcelonés a iniciar su juego con balones largos de su portero. Poco a poco, los verdes consiguieron recuperar algo de terreno. Un par de buenas combinaciones les permitieron cruzar el medio del campo y respirar. El duelo se equilibró. Aunque algo hacía pensar que el Nàstic estaba mejor.
Debía ser por la finura de David Concha. Acabó con doblete el 2023 e inició el 2024 con ese punto de frescura que dejaba helado a los rivales. La velocidad de sus pies volvía torpes a los defensores que solo le podían parar a golpes. En una de esas, salió de un regate doble y filtró un balón a Andy que lo ponía mirando al portero. Si no fuera porque el último zaguero, con esa pose de portero de fútbol sala -con la rodilla en el suelo- que suele indicar la última opción, logró cortar el envío. El cántabro ha cogido ese punto que volvió ‘loco’ a la Real Sociedad para abonar un millón de euros y que convenció al Barça de pedirlo prestado.
Eso sí, el primer gol del 2024 llevó la firma de Nacho González. Un señor gol. Controló. Dio dos zancadas y le pegó con todo desde más de 25 metros para ponerla en la misma escuadra. Segundo gol del sevillano y quinto de la pareja de centrales.
Con el 1-0, el duelo entró en ese punto, similar al del Tarazona, en el que solo un error podía poner en apuros. Esta vez, no hubo fallo. El Nàstic siguió controlando el ritmo del choque. Con parsimonia, pero seguro.
El Cornellà no provocaba ningún miedo. Menos cuando llegó el 2-0, ya en la segunda mitad. ‘Obra’ de Jardi y ‘Gracia’ de Concha. El cántabro jugueteó con el balón en el balcón del área. Lo bajó como quiso, se quitó de rivales y se lo dejó a Jardí. Con tiempo, el reusense preparó el cuerpo para ofrecer un golpeo que llevaba destinado el gol.
La victoria estaba amarrada. El Cornellà no daba más. El Nàstic jugaba a placer. Momento para solventar algunas asignaturas individuales. Como la de Marc Fernández con el gol. El delantero, con algo de fortuna, se apuntó el 3-0 en un remate tras pase de Jardí. Otro partido que el reusense firma gol y asistencia.
Un partido con cierta trampa, que el equipo lo convirtió en plácido para abrir el 2024, poner fin a una racha de cinco años sin ganar en el primer partido del año, asentarse en la zona de play-off y coger confianza para visitar, la próxima jornada al líder, Celta Fortuna.