Hasta aquí la aventura de CEVOL Torredembarra en la segunda máxima categoría del voleibol nacional. Un descenso, junto con una lesión, son las situaciones más amargas que puede experimentar un deportista. El pabellón Sant Jordi lo vivió en sus carnes. Una situación inimaginable hace unas semanas. El CV Zaragoza venía en racha y lo demostró durante todo el partido. Además de que los aragoneses fueron tremendamente efectivos, le ganaron la batalla mental a un Torredembarra que murió luchando.
Los de Iñaki Bescós empezaron con buen pie. Sabían que un buen inicio iba a ser vital para definir sus aspiraciones. Pol Navas puso a CEVOL por delante en el primer set. El Zaragoza, lejos de amedrentarse y empequeñecerse, puso pies en polvorosa y remontó con el apoyo de su afición, desplazada al pabellón de Sant Jordi.
Las ganas de no verse en el infierno que supone un descenso fueron la gasolina de ambos equipos, que se veían caminando junto al abismo. El conjunto de Zaragoza, con tres puntos ganados de manera consecutiva (1-3), consiguió una ventaja que no dejó escapar durante todo el set. El Torredembarra sacó su orgullo y consiguió mantenerse al acecho con buenas acciones de Rubén Conesa, que castigó desde el remate. Pese a que el partido entró en una dinámica pareja, la ventaja conseguida por los pupilos de Diego Carreras fue un colchón suficiente para el cuadro maño (10-14).
El juego mental también lo iba ganando el Zaragoza, que se hacía más grande conforme se acercaban los puntos que iban a decidir el primer asalto. La afición torrense, al lado de los suyos, no se resignó pese a las caras largas del conjunto de Torredembarra. Los visitantes gritaron todos y cada uno de los puntos. Y no es para menos, porque cada grito era un golpe a su oponente. Y, con Óscar Noguero al saque, se complicó el asunto para los locales (19-25). El Zaragoza se llevó el primer asalto, pero CEVOL iba a dejarlo todo sobre el parqué.
Y así lo hizo en la segunda manga, que empezó igual que la primera, con los locales liderando. Los torrenses exhibieron una agresividad y una concentración que no se había visto en el primer set (3-0). El Zaragoza consiguió reducir distancias (3-1), pero Raúl Alonso cedió en su servicio (4-1).
La reacción de los de los de Diego Carreras llegó como quien presiona un botón, hasta el punto que el técnico pasó de valorar pedir un tiempo muerto a ver a sus jugadores tres arriba (4-7) para que el que tuviera que pararlo fuera Iñaki Bescós. Tuvieron efecto las indicaciones del técnico local, que inyectó un extra a sus jugadores (7-8). El partido entraba así en un intercambio de golpes parecido al del primer set. Dejarse llevar por la inercia era algo que no le convenía a CEVOL, pero los torrenses no consiguieron mantener una continuidad que les permitiera darle la vuelta al marcador. De hecho, fue el Zaragoza el que amplió la diferencia (7-13).
Si hay algo que no se puede reprochar al Torredembarra es su actitud. La palabra rendición no está en su diccionario por muy oscuro que se ponga el paisaje, si bien es cierto que el sentimiento general no era excesivamente optimista, ya que el equipo aragonés sumaba y sumaba (11-21). Las gradas del Sant Jordi escenificaban una cruel antítesis. Por una parte, la afición local, apagada y desolada. Por otro, la marea rojilla, que aclamaba y vitoreaba a los suyos. El 12-25 fue el golpe más duro, que trasladó la antítesis de la grada a la pista. Los torrenses, hundidos. El equipo zaragozano, celebrándolo por todo lo alto con la comitiva aragonesa. El 2-0 mantenía a Zaragoza y hacía descender a Torredembarra definitivamente.
El tercer set siguió el mismo camino que los dos primeros: un Torredembarra peleón, pero que no consiguió ponerse por delante. El servicio de Javi Izquierdo fue el último que se produjo en el Sant Jordi. El 21-25 fue la puñalada final, la que certificó definitivamente el descenso de CEVOL Torredembarra y la que escenificó la cara más dura del deporte.
Ficha técnica.
CEVOL Torredembarra (0). Conesa (4), Saánchez (7), Navas (13), Mora (8), Mykina (1) y Bescós –sexteto inicial– Moreno (1), Marimón, Naya, Sanllehí y Ventura (3). Líbero: Ramírez.
CV Zaragoza (3). Ubieto (3), Martín (4), Alonso (6), Leona (6), Jarque (7) e Izquierdo (11) –sexteto inicial– Falo (1), Ortiz (9), Ndongo (3), Óscar Noguero (4) y Gómez (4). Líbero: Rubén Noguero.
Parciales. 19-25, 12-25 y 21-25.
Árbitras. Eva D’Acuña y Mireia Carreño.