El Salou es un transatlántico imparable. Da igual si tiene lagunas en algunos tramos del partido. Siempre hay alguna de sus estrellas que aparece al rescate y contribuye a unos triunfos corales que no cesan. Ante el Baricentro Barberà volvió a ocurrir. Los instantes dubitativos de los de la capital de la Costa Daurada se esfumaron cuando el equipo entró por completo al partido. A pesar de sufrir en algunos momentos, terminaron el duelo con un triunfo holgado que les impulsa hasta la primera plaza.
A los de Jesús Muñiz les costó parar al Barberà en los primeros minutos. Los visitantes llegaban constantemente, pero sus tiros eran repelidos uno tras otro por el aro. En prácticamente cinco minutos, solo consiguieron anotar dos puntos, a pesar de haberlo probado hasta nueve veces y con posiciones de tiro bastante cómodas.
Los salouenses, por su parte, no salieron especialmente lúcidos. Fueron algunos chispazos los que les permitieron ponerse seis arriba en esos cinco minutos (8-2) para terminar de asentarse sobre la pista. El foco se posó sobre CJ Barksdale, que dio un recital con sus triples con el que los salouenses se situaron con diez de ventaja (17-7).
Pero el Barberà no se dejó llevar por su mala puntería y el buen momento de los locales. Bernat Álvarez, que entró tras esos cinco minutos fatales, se puso el equipo a las espaldas. Creó espacios con sus internadas que sus compañeros supieron aprovechar con más acierto que en los anteriores minutos. De esta manera, el Barberà logró terminar el periodo por primera vez por delante (19-20). La bronca de Muñiz en el entretiempo resonó en todo el pabellón.
Los puntos también tardaron en subir al marcador durante el segundo periodo. En la primera mitad del cuarto, solamente Larry Ewulu consiguió anotar para los salouenses, haciendo daño por dentro en unos minutos espesos para ambos conjuntos. El Barberà no dejó escapar la posibilidad de marcar diferencias en el luminoso y alcanzó los cuatro puntos de ventaja (27-31). Entonces, Gerard Santiago sacó a pasear su mejor versión para darle la vuelta por completo al partido. Dos triples y un dos más uno colocaron al Salou por encima (36-33). El jugador salouense tenía la muñeca caliente. Con otro gran tiro de tres cerró la primera mitad con una diferencia notable (41-35).
En la reanudación, la igualdad se mantuvo. Las diferencias oscilaron entre los tres puntos y los seis con un brillante duelo de golpes. Sin embargo, el buen robo de Gerard Santiago puso el más siete que obligó al técnico visitante a pedir tiempo muerto (51-44). De poco le sirvió. El Salou voló en las transiciones ofensivas y Alaminos, para variar, hizo estragos en el equipo rival. Ya sea encestando al vuelo un pase de campo a campo, con sus cortes de balón o su puntería milimétrica en el tiro exterior. Los de Jesús Muñiz estaban enchufados. Gracias a esa concentración en la presión que les caracteriza, Baiget recuperó un balón que terminó en una canasta de Adrià Aragonès sobre la bocina.
Suma y sigue
En el último acto, fue un querer y no poder del Barberà. Se vieron superados constantemente por un Salou que había olido sangre y no iba a quitar el pie del acelerador. Los locales dominaron tanto el juego interior como el exterior, moviendo el balón rápidamente para que los desajustes en la zaga visitante fueran inevitables. Los de Jesús Muñiz llegaron a tener hasta 18 puntos de ventaja en más de una ocasión, pero los visitantes consiguieron recortar hasta los 13 de diferencia con los que se cerraría el partido (83-70).
Esta victoria supone ya la décima consecutiva del Salou, que no pierde desde el 14 de noviembre ante el Martinenc. Esta imparable racha, la mejor en su historia dentro de la Liga EBA, ha permitido al conjunto entrenado por Jesús Muñiz alcanzar la primera plaza. Los salouenses empatan así con un CBT que se ha convertido en el principal rival a batir dentro del grupo y que lleva cinco triunfos consecutivos. Los cebetistas tienen ahora los mismos partidos ganados, aunque cuentan con un partido aplazado que no han podido recuperar este fin de semana.