El futfem destruye cada vez con mayor asiduidad aquel dicho prehistórico que cuenta que el fútbol se ha diseñado solo para hombres. La efervescencia de este movimiento imparable ya provoca que equipos formados íntegramente por niñas conquisten campeonatos en los que compiten exclusivamente contra niños. El alevín de la Fundació Futbol Base Reus peleó hasta el último segundo para campeonar la Segunda División y, hace pocos días, el benjamín del Cambrils Unió paseaba su euforia por el trenet turístic de la villa marinera para celebrar la conquista de la liga del Consell, un modelo que sólo integran clubs masculinos, además de ese grupo de pequeñas futbolistas cambrilenses.
Se trata de una escuadra que empezó desde cero hace justo tres años. Casi todas sus jugadoras han quemado sus primeras etapas de formación juntas, crecen bajo los consejos de Ari Costa y Leo Munzi, las dos entrenadoras que les enseñaron a golpear el primer balón y que ahora, ya profundizan en situaciones tácticas del juego. La capacidad actual del benjamín resulta asombrosa. «Había niñas que cuando empezamos no sabían tocar el balón, no habían jugado nunca», confirman las dos técnicas que, a su vez, forman parte de la primera plantilla del equipo amateur azulado.
La pasión
El buen nivel que ha exhibido el Cambrils a nivel colectivo contiene argumentos de poso. Básicamente, se trata de un grupo que ama el fútbol. No resulta extraño verlas corretear detrás de una pelota en las horas de espera al entrenamiento o incluso después, como si no hubieran tenido suficiente con la tarea de casi hora y media, dos días por semana. «Piensa que la mayoría de ellas, si hay siete días semanales, entrenan ocho. Lo hacen por su cuenta», aseguran Costa y Munzi.
En este sentido, tampoco sorprende si, en cualquier torneo paralelo al curso doméstico, participan para ampliar conocimientos. Sus edades les permiten muchas licencias, viven esa fase de atender, jugar mucho y absorber fundamentos. Además lo hacen a mil por hora.
«El hecho de que hayan trabajado juntas durante estos tres años las ha ayudado mucho a mejorar. Da placer verlas jugar», admite Joan Montia, el coordinador de la sección femenina cambrilense. Existe un factor clave que las permitirá escribir una nueva historia juntas. Nacidas, la mayoría en 2014, ascenderán a categoría alevín y conservarán la familia en la que se han convertido. No solo futbolistas y entrenadoras, también los padres y madres.
«Tenemos un conjunto de padres y madres muy optimista, muy constructivo, no nos podemos quejar de nada», reafirman Ari y Leo, las personas que han construido la propuesta.
Solo dos derrotas
El curso deportivo de las jugadoras ha marcado una línea inmaculada. Nada más que dos derrotas en la primera fase de la liga. «Por un gol y porque estaban muy nerviosas al principio», rememoran sus formadoras. La segunda vuelta ha confirmado la evolución hacia la excelencia de un equipo que, además de competir, actúa para alcanzar buenos hábitos deportivos y de aprendizaje propios de la edad.
«Jugar con chicos las ha beneficiado un montón, porque supone una motivación, además de una exigencia mayor». Permite, ente otros aspectos, saber utilizar el cuerpo, perfilarse mejor, manejar tiempos de partido de una forma más veloz.
A parte del campeonato del Consell Comarcal, el benjamín del Cambrils Unió se apuntó un doblete tras vencer en el último capítulo de la edición provincial femenina. De hecho, sus registros hablan con contundencia; 99 goles a favor y siete en contra. Superioridad y, sobre todo, afán por el progreso. Dayla Payo, Marisol García, Bianca Castellini, Daniela Marcos, Claudia Ferran, Isona Morán, Èrica Oliva, Maya Sofía Nagy y Sofía Paniagua conforman el reparto del éxito.
