Este mercado de invierno de 2023 no se recordará en Tarragona por ser muy prolífico. Extrañamente, el Nàstic tan solo ha reforzado el equipo en una posición, el ataque, con la llegada de Marc Fernández. El futbolista de 32 años cubrió uno de los dos perfiles que la entidad se había marcado para la ventana de traspasos de enero. «Afrontamos el mercado con dos ideas. Un jugador ofensivo, como Marc, con versatilidad y gol, desde la segunda línea que teníamos carencia y que aportara experiencia, ya que por el perfil de la plantilla, necesitábamos jugadores maduros con rendimiento inmediato. El otro objetivo era un central sub23, por la lesión de De la Peña y Marc Trilles». Ese futbolista cuya operación no se concretó era Guillem Molina, del Sabadell, con quien el club grana tenía todo apalabrado, pero que la propiedad compartida de los derechos del jugador entre la entidad arlequinada y el Valencia, su club de formación, impidieron la operación. Ahora.
Además, la urgencia desapareció en cuanto mejoró el diagnóstico de Marc Trilles. Tanto que según dijo David Comamala, el castellonense podría regresar a los entrenamientos de grupo la próxima semana. Igual que Lupu, que también ha tenido una primera vuelta complicada en cuanto a lesiones. «Serán dos refuerzos más del mercado de invierno», aseguró.
Respecto a la posibilidad de alguna salida, David Comamala negó que se hubiera planteado: «Es verdad que ha habido jugadores por debajo de lo esperado, unos por lesión y otros porque son muy jóvenes, pero la línea del equipo es buena. El trabajo hecho en verano fue bueno y pese a que el rendimiento ha sido irregular en algunas posiciones, los jugadores poco a poco van dando la cara». Admitió que ha habido ofertas de fuera, a algún jugador joven, pero que «el club se ha cerrado en banda a su venta».
El director deportivo defendió que «la plantilla está capacitada para disputar el reto del ascenso.