¿Cómo ha cambiado Dani Vidal al Nàstic?

El técnico tarraconense ha sabido mejorar al equipo en casi todos los aspectos del juego en solo dos partidos

14 marzo 2023 19:50 | Actualizado a 15 marzo 2023 07:00
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La llegada de Dani Vidal al banquillo del Nou Estadi, o más bien dicho, la asunción del cargo como máximo responsable de la plantilla, puesto que figuraba en el cuerpo técnico del primer equipo desde hace una temporada y media, ha supuesto un vuelco en la imagen del equipo. Tanto respecto a la etapa de Iñaki Alonso como, en buena medida, a la de Raül Agné.

Si bien, el modelo de juego se asemeja más a la del técnico de Mequinenza, con el que compartió horas y debates futbolísticos, la propuesta del joven tarraconense ofrece una versión mejorada. Un 2.0 del Nàstic de la pasada temporada. Con muchas similitudes, pero también con los detalles personales que ha impuesto el técnico de 30 años.

Para empezar, el gran cambio que ha dado el equipo es, sin lugar a dudas, la implicación de todo el equipo. Los futbolistas lo están dando todo sobre el terreno de juego. Los datos que maneja el cuerpo técnico en cuanto a esfuerzo han reventado los que llevaban acumulados desde principios de temporada.

Corren más y mejor. ¿Por qué? Ha circulado acusaciones, infundadas, de haberle hecho la cama a Iñaki Alonso. Otra opción, mucho más asumible, es que el cuerpo técnico actual, con la importante incorporación de Manolo Martínez, se haya ganado la confianza de la plantilla como no lo hizo el de Durango. La metodología, el trabajo y los planteamientos han convencido a los futbolistas y los han convertido en auténticos soldados de Dani Vidal.

Sólo hace falta ver la intensidad de Aarón Rey en tareas defensivas y su permanente conexión con el juego. Un jugador señalado por su falta de actitud es uno de los más destacados a nivel de esfuerzo.

El sistema

El dibujo táctico es un 4-4-2, muy ‘agnerista’. Un esquema que siempre ha gustado a Dani Vidal, aunque tampoco es un técnico que se cierre en banda. De hecho, en su tiempo en el Juvenil A y en el filial ha introducido sistemas totalmente diferentes, como el 3-5-2 o el 4-3-3. Aunque para ello necesita una preparación de la plantilla. Algo que ni ha tenido, ni parece que vaya a tener este curso.

Las diferencias son el perfil de jugadores que ocupan esas posiciones. En los extremos, por ejemplo, Dani Vidal opta siempre por futbolistas verticales y con desequilibrio por las bandas. Nada de interiores reconvertidos. Robert Simón y Aarón Rey han sido los dos jugadores que se han ocupado de los costados como titulares, con Nil y Pochettino como revulsivos. Todos, jugadores con capacidad para correr la banda.

La presión

Relacionado con esa implicación y sacrificio de toda la plantilla está uno de los aspectos que claramente ha mejorado el equipo, la presión. Empezando por los dos delanteros, con la participación activa de los extremos y la anticipación de los centrocampistas. Sin olvidar las ayudas de los laterales.

Todos colaboran en tratar de dificultar la salida del balón del rival y, al mismo tiempo, tratar de robar el balón a pocos metros del área rival. La clave no es únicamente el esfuerzo por llegar a la presión, sino el orden con la que se lleva a cabo. Interpretando las fórmulas que lleva a cabo el rival y atajándolas todos al mismo tiempo.

Orden

Ese orden que mantienen a la hora de tirar la presión, la replican en el resto de zonas del campo. Es uno de los valores que ha inculcado Dani Vidal al equipo. Un posicionamiento pensado para minimizar las virtudes del rival y maximizar las del equipo. Para que los delanteros puedan realizar los movimientos a la espalda de la zaga y que la defensa pueda actuar más adelantada. Un zaga que no se hunde. No como lo hacía con Raül Agné.

El bloque se mantiene en una posición media. Con el orden y el esfuerzo consigue que los futbolistas estén más juntos y puedan ejecutar esa presión inicial, así como anticiparse a los contragolpes rivales.

Con Dani Vidal los partidos no se alargan innecesariamente. Una de las críticas que generaba el entrenador de Mequinenza era que ‘tiraba’ partes enteras. Especialmente, fuera de casa. El entrenador tarraconense quiere tener a sus futbolistas proactivos los 90 minutos. Obviamente, hay fases que el rival está mejor. Porque es imposible someter al adversario todo el encuentro. Pero que sea porque el conjunto contrario te supera y no porque se lo regales.

El equipo tiene aún deberes. Si todo fuera estupendo, se habrían sumado 6 de 6. Los errores individuales no lo permitieron. Ante el Barça Atlètic hubo tres. Dos en el área propia y otro en la del filial azulgrana. La primera en contra, un fallo de Trilles, permitió que el delantero culer se plantara ante Dani Parra. Si la tiró fuera fue de puro milagro. El segundo fallo sí que acabó en gol.

Montes perdió la marca y Chadi Riad anotó el 1-0 definitivo a placer en el segundo palo. Una pena, porque el partido del centrocampista era notable. Error también se puede considerar la ocasión de Nil. Tuvo el empate. La opción de marcharse con un merecido punto del Estadi Johan Cruyff. Pero no estuvo acertado y cruzó demasiado el balón. Ahí es donde Dani Vidal tiene que incidir. En evitar esos fallos.

El próximo partido ante el Calahorra será importante para comprobar la capacidad de adaptación del entrenador tarraconense a situaciones diferentes. El colista no planteará un partido como la Real Sociedad B y el Barça Atlètic. Su propuesta será mucho más rácana, por lo que tocará asumir un protagonismo con el balón que no ha tenido contra los dos filiales. Un guion diferente que, de salir bien, confirmaría la elección del técnico tarraconense como entrenador del Nàstic..

El partido ante el Calahorra se adelantó dos horas y se jugará este domingo en el Nou Estadi a las 17.00 horas

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