Las claves de la victoria del Nàstic de Tarragona ante Osasuna Promesas

El conjunto grana volvió a ser ese equipo ganador de duelos, fiable en defensa y mortífero a través del balón parado y las transiciones ante Osasuna

21 octubre 2024 16:06 | Actualizado a 21 octubre 2024 17:08
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El Nàstic de Tarragona reaccionó tras la debacle en Arenteiro como había anunciado Dani Vidal en la rueda de prensa previa al partido ante Osasuna Promesas. El técnico tarraconense había adelantado que veía hambre en sus jugadores, ganas de resacirse y sobre todo que la goleada encajada en tierras gallegas les había devuelto de golpe a la realidad de la categoría, esa en la que si no das el 100% en cada duelo, directamente te machaca. «Somos un equipo de obreros y mineros», resaltaba el entrenador del Nàstic antes de la visita del filial rojillo.

Sus palabras calaron hondo en un vestuario grana que admitió el mea culpa nada más terminar el duelo frente al Arenteiro. La plantilla no tuvo reparos en mostrar autocrítica y en entender que la reacción debía ser inmediata para evitar encender las luces de alarma.

Inicio aplastante

El inicio frente a Osasuna Promesas dejó claro que la tarde iba a ser distinta a la del domingo pasado. El Nàstic fue un vendaval ofensivo desde el inicio. Un equipo que inclinó el campo con la pelota, presionó fuerte sin ella y venció muchos de los cuerpeos a los que quiso someterle Osasuna Promesas.

Primer gol de córner

Más allá de la intensidad con y sin balón, el Nàstic fue un equipo que movió el cuero con velocidad, generó un buen caudal de ocasiones y marcó su segundo gol de córner. Esto no es un asunto baladí, el conjunto grana fue el año pasado una máquina a balón parado. Nada más y nada menos que ocho goles llegaron desde el córner.

El pasado viernes, Iván Moreno estuvo poniendo sobre el tapete del Anexo una de las jugadas que diseña en su laboratorio. Víctor Narro y Ander Gorostidi lanzaban los córners y Pablo Fernández era el rematador al que buscaban con sus envíos. La teoría pasó a la práctica frente a Osasuna Promesas porque en una jugada calcada a las ensayadas, Gorostidi encontró a Pablo Fernández que cabeceó en el segundo palo y conectó un cabezazo que Marc Fernández hizo buen en boca de gol.

Portería a cero

Además del segundo gol de córner, el Nàstic volvió a dejar la portería a cero tras cuatro partidos sin hacerlo. Alberto Varo volvió a sonreír y lo más importante es que ni se encajó ni Osasuna Promesas tuvo ocasiones para ello. El conjunto grana dio un paso adelante en defensa y volvió a disputar cada duelo como si la vida le fuera en ello.

En ataque, el Nàstic fue letal a balón parado, pero también volvió a exhibir una capacidad innata para matar a la contra. El equipo grana transitó a la perfección y penalizó mucho los errores en salida del filial rojillo.

Fluidez en ataque

No obstante, no solo con espacios se vio a un Nàstic peligroso. Cuando Osasuna Promesas aguardaba en bloque medio-bajo, los de Dani Vidal tuvieron paciencia, dinamismo y amplitud para encontrar fugas en el ecosistema defensivo de Castillejo.

El conjunto grana recuperó su mejor versión y buena parte de su identidad. Esa en la que la intensidad no se negocia, el orden y la contundencia está por encima de todo y los goles a favor valen doble porque se sabe que el casillero propio no se va a mover del 0.

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