«Doy gracias al baloncesto por todo lo vivido». Con esta frase concluyó JJ Miguel su etapa como jugador en activo en una emotiva despedida en el Pavelló del Serrallo de Tarragona. A los 41 años el tarraconense ha puesto punto y final a una trayectoria de 23 temporadas como sénior, en las que ha defendido seis equipos, y que tuvo como colofón el ascenso a la LEB Plata con el CBT, donde se formó y ha decidido poner el punto y final.
«Como yo os imagináis por todo lo vivido, de los manteos de mis compañeros y de llevar cinco años diciendo que era el último ha llegado la hora de dejar el baloncesto como jugador, de dar un paso al lado», empezó JJ.
«Fue en este club, el CBT, donde empecé a jugar y a descubrir el baloncesto. Doy las gracias a David (Rivelles) por la insistencia que tuvo y la paciencia por enseñarme este deporte», desveló en referencia a quien fuera su primer mentor.
«Ahora pongo el punto y final en este mismo club después del ascenso a LEB Plata. Pienso que no podía tener mejor final. Aquí empecé y aquí cierro el ciclo; me siento afortunado de acabar aquí y del equipo por el ascenso», aseguró sobre el club cebetista en el que ha militado las dos últimas campañas.
Y también bromeó sobre Berni Alvarez, su último técnico y quien también se despidió del CBT esta semana: «Gracias Berni, aunque si me hubieses fichado con 30 años hubiésemos subido antes», dijo entre las carcajadas de familiares, amigos, exjugadores y compañeros que quisieron acompañarle en un día tan especial para él.
JJ quiso agradecer uno a uno a los otros cinco equipos de su carrera (le acompañaban las seis camisetas que vistió). «Gracias a todos los clubs en los que estado, me han hecho sentir como en casa; he intentado dar lo mejor de mí para cada uno de ellos. Gracias al CB Valls, por acogerme como si fuese un vallense más y disfrutar tantos años allí, los mejores como profesional; al ADT, por la ilusión que tenían de crecer y por dejarme formar parte de ellos; al Navarra y al CB Vila-seca; y al Vendrell, por ser mis compañeros, amigos y familia, un club muy especial para mí, un club de amigos: gracias a Ambrona, a Ferran y Albert (los hermanos Trillas). Sóc un taronja per sempre».
Prosiguió con un agradecimiento a «jugadores, entrenadores, preparadores físicos, delegados y rivales, que han sido y son como mi familia. Es lo mejor que me ha dado el baloncesto, todas las personas que he conocido». Y luego se emocionó al hablar de sus pares, hermanos, y su esposa e hija, Elisabeth y Elsa.
La presidenta del CBT, Núria Grado, también tuvo unas emotivas palabras hacia su figura. «Jota, cierras un círculo muy grande, que se inició y concluye aquí en el Club Bàsquet Tarragona y se dibujó por diferentes clubs; en todos eres querido, eres patrimonio del baloncesto provincial; nos dejas una huella difícil de olvidar por tus valores de buena gente. Eres un gran jugador y una gran persona». La dirigente también tuvo un bonito detalle con la esposa y la madre de JJ Miguel, a quienes regaló un ramo de flores, y con su hija, a quien entregó una camiseta.