Se queda. Raül Agné continuará en el banquillo del Nàstic de Tarragona tras haber superado la prueba de fuego que le había puesto el Consejo de Administración. O sumaba los seis puntos ante Numancia y SD Logroñés o el de Mequinenza hacía las maletas. Pues sucedió lo primero.
Agné, como siempre, no quiso entrar en ninguna polémica tras el duelo. En ser preguntado por su situación, volvió a demostrar elegancia: «¿Qué pasa tras el seis de seis? Que intentaremos buscar el nueve de nueve en Bilbao». Simple y claro. Un mensaje que pone de manifiesto que lo único que importa es el Nàstic y sumar de tres cada fin de semana. «No me acaban de matar nunca. Soy maño, muy cabezón e intento transmitir eso a los jugadores», manifestó el entrenador para finiquitar el tema de su no destitución.
En cuanto al partido, apuntó Agné que «sabíamos a qué campo veníamos y contra qué rival nos enfrentábamos». Tenía claro el máximo responsable del banquillo del Nàstic cómo meterle mano al rival: «Sabíamos que son un equipo muy alegre, muy dinámico, y también que teníamos que madurar el partido».
«El niño -Montalvo- ha abierto la lata por una jugada ensayada por Dani -Vidal, el segundo entrenador grana-. Lástima que hemos permitido una transición y nos han empatado muy pronto, pero me voy contento porque el rival es un muy buen rival», resumió un Agné, que se mostró muy feliz porque «el equipo está creciendo».
Son doce los puntos que ha sumado el Nàstic de los últimos quince posibles, «una racha buenísima», tal y como remarcó el entrenador. Por último, Agné agradeció el apoyo de la afición que se desplazó a Logroño. «Creo que la gente está contenta. Muchas gracias a los que han venido, han animado mucho».