Un músico llega al escenario donde se tiene que llevar a cabo el concierto. Pero el resto de la orquesta, cincuenta músicos y el coro de sesenta y tres voces, no ha llegado. Mientras espera la llegada de la orquesta mira de ganar tiempo entreteniendo los espectadores y les dice que hasta no hace mucho era imitador, pero que debido a ‘ciertos problemas’, actualmente tiene prohibido imitar. Y que por este motivo ha decidido dedicarse a su vocación secreta: la música de ópera.
Este es el punto de partida del espectáculo Locus Operandi que el humorista y actor Toni Albà presenta hoy, 23 de diciembre, en el Teatre de l’Orfeó Reusenc (20 horas), dentro de la programación del Bravium Teatre. «La idea surgió poco antes del confinamiento, cuando me ‘congelaron’ la colaboración en el programa Polònia», explica el actor, quien del argumento y del protagonista de Locus Operandi destaca que «después de que la justicia le prohibiese absolutamente hacer imitaciones, dicho intérprete decide dedicarse a lo que más le gusta, la música de ópera».
De esta manera, explica el actor, «el pretexto de no poder hacer imitaciones termina siendo la excusa perfecta para poder hacerlas», porque tal y como reza el popular refrán, «hecha la ley, hecha la trampa».
Y como no podía ser de otra manera, con mucho humor, Toni Albà elude la prohibición, y «mientras charla con el público terminará confesando que durante su carrera de imitador, ha conocido gente muy importante, por lo que aprovechará la ocasión para explicar anécdotas, situaciones y secretos de la vida privada de los imitados...».
A medida que el Locus Operandi avanza, el actor asegura que «todo se complica hasta el punto que acabo cantando ópera, con la ayuda de los espectadores; son composiciones que conocen, aunque no lo crean». Con todos estos ingredientes, el espectáculo está predestinado «a hacer reír al público, porque es mi trabajo y lo que siempre he hecho».
Libertad de expresión
En cuanto al reto que ha supuesto sacar adelante Locus Operandi, el humorista asegura que «como coincidió con la pandemia, en primer lugar, fue una vía de escape, y, en segundo lugar, un punto de partida porque desde el primer momento tuve claro que quería hablar de la censura de manera muy clara, sin miedo; porque no hay que olvidar casos conocidos como el del músico Pablo Hásel, que te puede gustar más o menos, pero que está en prisión por decir verdades que todo el mundo sabe».
Así que «sin embudos y desde la provocación, hablo de como la justicia campa a sus anchas, con toda impunidad, pese a vivir en un Estado de Derecho», afirma Toni Albà.
En este contexto, el actor recuerda que «yo mismo fui juzgado por publicar unos tuits, en el ejercicio de mi derecho a la libertad de expresión, y ante el juez reconocí que no renunciaría a expresarme libremente, y más siendo un personaje público que se dedica a hacer reír; finalmente, fui absuelto y si no lo hubiese sido estaríamos hablando de otro caso de injusticia, teniendo en cuenta que me juzgaron por unas palabras que no han matado, no han robado, no han asesinado, no han prevaricado; son solo palabras de uno humorista».
Por ello, Toni Albà confía que el espectáculo Locus Operandi sea la chispa para que «el público reflexione sobre el momento que nos ha tocado vivir».
En cualquier caso, el humorista y actor se queda con el buen recibimiento que está teniendo el espectáculo Locus Operandi, y que le ha llevado a actuar en escenarios de localidades como Sant Fruitós, Canyelles, Sant Martí Sarroca, Rocafort de Queralt, etc. «Allí donde he presentado Locus Operandi los espectadores han reído muchísimo, lo que para mí es la mejor satisfacción que, a nivel laboral, podemos tener quienes nos dedicamos al humor», asegura Toni Albà.