Una enfermera de Tarragona diseña un quirófano virtual

Maria Pilar Llauradó, sanitaria de la Vall d’Hebron, es la autora

29 octubre 2024 17:29 | Actualizado a 30 octubre 2024 07:00
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Una enfermera pasando el instrumental al cirujano, con seguridad, sin vacilar. En la camilla, el paciente sometido a la intervención. Fuera, en otra sala, los familiares sienten transcurrir lentamente y con angustia el tiempo. ¿Quién no ha visto esta escena en una película o serie en algún momento?

Los quirófanos atraen e impresionan a partes iguales. Por un lado, por la curiosidad de saber qué ocurre en un lugar al que no se tiene acceso. Por otro, porque en gran parte, de la pericia del profesional dependerá que la operación sea un éxito. Pero no únicamente del cirujano. Las enfermeras quirúrgicas preparan la sala para recibir al paciente, velan por su bienestar, revisan el instrumental, tanto el necesario como el que podría necesitarse en un momento determinado y se anticipan a los requerimientos del médico.

Las enfermeras y enfermeros siempre han intentado actualizar sus conocimientos sin afectar a los pacientes, fuera de sus horas de trabajo, con cursillos y estudios tradicionales. Libros y apuntes. Ahora también, la simulación se ha convertido en una aliada para dar respuesta a la formación durante toda la vida. En esta línea, la tarraconense Maria Pilar Llauradó, enfermera quirúrgica en la Vall d’Hebron, ha creado un software para practicar a la carta. Se trata de un quirófano virtual con el que estudiar, ponerse a prueba y trabajar habilidades en las operaciones de rodilla, que les servirán para resolver cualquier situación crítica que se presente. «Es una herramienta digital de aprendizaje para mejorar las curas, el rendimiento y la seguridad», manifiesta Llauradó.

$!La enfermera quirúrgica de la Vall d’Hebron, Maria Pilar Llauradó. Foto: Marc Bosch

La Vall d’Hebron dispone de una Unitat d’Innovació y del concurso Jo innovo, para incentivar la innovación entre todos sus profesionales, quienes pueden presentar anualmente proyectos para mejorar los servicios y la atención a los pacientes. Es el caso de Llauradó, que en base a las necesidades diarias ideó junto a la start-up Kauka el sistema que replica el quirófano, con el que quedó semifinalista, con la ventaja de que no existe riesgo real y siempre con el objetivo de mejorar la calidad sanitaria. Actualmente y tras el concurso, Llauradó pasó a formar parte de la Subcomisión de la Comisión de Innovación.

Se trata de una herramienta dirigida especialmente a los profesionales que empiezan su camino en el sector, pero también a la formación continuada. Como explica Llauradó, «todos los sanitarios hacemos formación extra para estar actualizados, al margen de las horas laborales. Mientras, las compañeras más expertas se van jubilando con todos sus conocimientos y no siempre hay relevo. Este relevo tiene unos años de aprendizaje y de momento, no existe otro sistema más corto. De aquí viene la idea. Además, si por trayectoria vital debemos cambiar de especialidad, es una buena manera de practicar».

«Es una herramienta digital para la mejora de las curas, del rendimiento y de la seguridad»

Entre las variables en las que incide el quirófano virtual, destaca que «podemos ver el rendimiento quirúrgico por tiempo de preparación y los gastos de material, el riesgo de infección quirúrgica por tiempo de exposición o la seguridad del paciente».

El feedback del programa

En cada intervención se necesitan unos instrumentos determinados. Si el sanitario se equivoca al elegirlos, el programa proporciona feedback. Y en esta elección también entra la lateralidad –unas herramientas están indicadas para la rodilla derecha; otras, para la izquierda–. Otro de los aspectos clave para el ahorro y la eficiencia es que, como apunta Llauradó, con los utensilios reales, «cada pieza que se utiliza se debe esterilizar, lo que tiene un coste y un tiempo. Si se cogen más de las necesarias, se está creando un sobrecoste. Si se practica con el instrumental también se debe esterilizar después. Algo que no ocurre con el programa virtual». En cuanto al riesgo de infección quirúrgica, este también se minimiza con un menor tiempo de exposición y movimientos. Por todo ello, Llauradó defiende que «cuantos más entrenamientos, más seguros podremos afrontar las intervenciones».

Con este prototipo, por el momento, solo se pueden trabajar las operaciones de rodilla. Sin embargo, está previsto aplicarlo a caderas, hombros o vascular, entre otros, dependiendo de la financiación que se obtenga.

$!Los instrumentos tienen diferentes medidas y tallas. Los sanitarios deben conocer cuál es el necesario en cada momento. Foto: cedida

Infinidad de instrumentos. Para una única intervención de rodilla se pueden llegar a utilizar infinidad de instrumentos, más de un centenar, guardados en contenedores. «Es necesario estructurarlo muy bien, cuáles se utilizarán en primer término, cuáles después y cuáles por si acaso porque todos los escenarios están contemplados. Se deben tener preparados y controlados por si los necesita el cirujano», dice Llauradó.

Entre las herramientas, las hay de diferentes medidas y tallas. «Cada cosa debe estar en su sitio para trabajar de la forma más ágil posible y ser eficientes». Y aunque cada profesional se organiza a su manera, los utensilios se deben dejar siempre igual para que los demás sanitarios los puedan localizar fácilmente. El quirófano virtual ayuda a simplificar.

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