Un 50 % de las personas que sufren ictus morirán o no se recuperarán, mientras que 2 de cada 3 pacientes que sobreviven a esta alteración de la circulación cerebral sufrirán algún tipo de secuelas discapacitante.
Estos son algunos de los datos expuestos en una rueda de prensa celebrada este lunes, con motivo del Día Mundial del Ictus, que se celebró el pasado 29 de octubre, con el objetivo de concienciar a la población acerca de esta enfermedad, que es la primera causa de discapacidad en Europa.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) ha calculado que una de cada cuatro personas mayores de 25 años sufrirá un ictus a lo largo de su vida en España, es decir, el 25 % de la población, y se estima que la mortalidad aumente a 9,7 millones de personas en 2050 en todo el mundo.
«Aunque es una enfermedad prevenible y tratable, el año pasado afectaba a uno de cada seis pacientes. Ahora, el presidente de la Fundación Freno al Ictus, Julio Agredano Lozano, ha elevado estos datos a uno de cada cuatro.
En esta línea, la coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN (GEECV-SEN), Mari Mar Freijo Guerrero, ha resaltado la importancia de tratar el ictus como «una enfermedad de salud pública» y la necesidad de concienciar a la población para prevenir esta condición médica.
Alteración
El ictus es una alteración de la circulación cerebral que compromete la llegada de la sangre al cerebro provocando un daño cerebral.
Según la doctora Freijo Guerrero, las principales secuelas que sufren las personas que han tenido un ictus son disfagia, crisis epilépticas, incontinencia, espasticidad (músculos tensos y rígidos), demencia, deterioro cognitivo, depresión y ansiedad, entre otros.
«La neurorehabilitación es fundamental para mejorar el sentido del bienestar y la calidad de vida de los afectados porque se enfrentan a una nueva vida», ha señalado el presidente de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación (SENR), Joan Ferri Campos, quien además ha hecho hincapié en la necesidad de este proceso para que la persona se integre en la sociedad.
Los expertos recomiendan tener hábitos de vida saludable, hacer ejercicio, dietas, evitar los tóxicos (como el tabaco) y realizar controles de factores de riesgo cardiovascular.
El daño cerebral también es invisible
«Las secuelas invisibles son las que te cambian la vida, pero no se ven», ha confesado la presidenta de la Asociación Daño Cerebral Invisible, Aurora Lassaletta, quien lleva 18 años conviviendo con ellas debido a un ictus.
El Daño Cerebral Adquirido afecta a 400.000 personas en España y su principal causa son los ictus, siendo el motivo de más del 80 % de los casos.
La paciente ha señalado que algunas de las «limitaciones invisibles» son la fatiga cognitiva, la hipersensibilidad, la inexpresividad emocional, la pérdida de la capacidad de hablar, leer o escribir, y la falta de impulsividad, entre otras.