Un estudio de la Universitat Rovira i Virgili ha encontrado relación entre el exceso de peso y el riesgo de contraer el COVID-19. Según la investigación, las persones adultas mayores (de 55 a 75 años) que llegaron a la pandemia con más sobrepeso o con un perímetro de cintura excesivo tenían más posibilitados de desarrollar la enfermedad.
El estudio, publicado a BMC Medicine, ha sido realizado por el grupo de investigación Alimentación, Nutrición, Desarrollo y Salud Mental (ANUT-DSM) del Departamento de Bioquímica i Biotecnología de la Universitat Rovira i Virgili (URV) i de l’Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV).
La investigación tuvo su génesis cuando se observó al inicio de la pandemia que muchas de las personas hospitalizadas con COVID-19, y especialmente aquellas que presentaban complicaciones eran personas de edad avanzada con sobrepeso u obesidad.
A partir de aquí se quiso investigar si realmente había relación entre el exceso de peso o la pérdida de peso y la enfermedad. El grupo de investigación ANUT-DSM de la URV aprovechó que unas 7.000 persones adultas de todo el estado estaban participando en un gran ensayo de nutrición, el Predimed-Plus, coordinado precisamente por el director del mismo grupo de investigación, el profesor del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la URV Jordi Salas Salvadó, para utilizar los datos recogidos para la nueva investigación.
Y es que los participantes en el Predimed-Plus tienen sobrepeso u obesidad -el objetivo de estudio es hasta qué punto llevar una dieta mediterránea saludable, evitar el exceso de calorías y hacer actividad física regularmente beneficia la salud- y, además, se puede saber por sus registros médicos si contrajeron el COVID-19 o no desde el inicio de la pandemia hasta diciembre de 2021.
“Hemos analizado cuidadosamente si, en el momento de unirse al ensayo, los participantes que tenían mayor peso, índice de masa corporal, circunferencia de la cintura, tenían más posibilidades de dar positivo en la prueba del COVID-19. Y, tal y como se esperaba, es así”, explica Jordi Salas, investigador principal del estudio.
Yendo más allá, también se ha estudiado si el riesgo de contraer la enfermedad difería entre las personas que habían perdido peso, las que habían ganado y las que tenían un peso estable durante el tiempo que estuvieron en el ensayo antes de la pandemia. “Hemos descubierto que los que perdieron el 5% o más de su peso corporal durante el estudio tuvieron un menor riesgo de COVID-19 en comparación con aquellos que aumentaron de peso.”
En general, cada kilogramo de aumento en el peso corporal o cada aumento de una unidad en la cintura abdominal, durante el periodo de 5 a 6 años del estudio antes de la pandemia, se asoció con un mayor riesgo de COVID-19 en personas de edad avanzada con sobrepeso u obesidad y alto riesgo cardiovascular. En estos análisis se tuvieron en cuenta otros factores que podrían aumentar o disminuir su riesgo de COVID-19, como por ejemplo el sexo del participante, el lugar donde vivía, su nivel de educación, su estado civil, si tenía condiciones como diabetes, hipertensión, si había recibido o no al menos un medicamento...
Así, según la investigadora Sangeetha Shyam, “en adultos de edad avanzada vulnerables con sobrepeso u obesidad y riesgo cardiovascular alto, conseguir una pérdida de peso clínicamente significativa puede ser importante para protegerse contra el COVID-19. Dado que se espera que el cambio climático, el aumento de la migración en las grandes ciudades y los viajes globales aumenten la frecuencia con la cual se producen las pandemias, este hallazgo será de gran ayuda para establecer estrategias de prevención en caso de futuras pandemias similares a la COVID.”
Además de Salas y Shyam, han participado en el estudio Nancy Babio, también del grupo de investigación ANUT-DSM del Departamento de Bioquímica i Biotecnología de la URV y del IISPV, y Montse Fitó, del Instituto de Investigación Hospital de Mar de Barcelona.
Todos son miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn). Estos resultados se incluyen en un proyecto financiado por la Fundación Francisco Soria Melguizo (Título: “Factores de riesgo para COVID-19 y su impacto en la calidad de vida, estado anímico y función cognitiva en pacientes ancianos de alto riesgo cardiovascular en un estudio prospectivo”; 2022-2024; Investigadora principal: M. Fitó; co-investigador principal: J. Salas), el objetivo de la cual es investigar los factores de riesgo de la COVID-19 y su impacto en la calidad de vida, el estado de ánimo y la función cognitiva en pacientes mayores con alto riesgo cardiovascular.