Una mayor adherencia al tratamiento y una mejor calidad de vida es lo que promete la insulina de uso semanal que se espera que llegue a España el próximo año. De esta manera, los pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2 pasarían de inyectarse una dosis diaria de liberación lenta (basal) a una dosis semanal. En resumidas cuentas, significaría pasar de 365 inyecciones al año (una cada 24 horas) a 52 inyecciones (una a la semana). Si bien, esto no eximiría a las personas con diabetes tipo 1 de seguir inyectándose la insulina de liberación rápida antes de las comidas.
Así lo explica al Diari el reusense Toni Pagès, paciente con diabetes tipo 1 desde los nueve años: «A diario, antes de cada comida mido la glucosa a través del sensor y entonces, según lo que vaya a comer, me pincho las unidades de insulina rápida. Por la mañana, coincidiendo con el desayuno, vienen a ser entre 12 y 14 unidades en total; a media mañana antes de un tentempié de fruta, otras 3-4; a las 15 horas coincidiendo con la comida, otras 4-5 unidades; a media tarde, cuando acostumbro a merendar un bocadillo y frutos secos, otras 5-6 dosis; y por la noche, antes de cenar, entre 12 y 14 unidades más; y, por último, la dosis de insulina de liberación lenta».
Él mismo reconoce que «aunque no al borde de la obsesión, la enfermedad requiere de un control muy riguroso». «La diabetes se considera como una enfermedad de muerte lenta, puesto que el envejecimiento de los órganos es más rápido y prematuro que el de una persona sana. Entonces, debes seguir un control estricto para enlentecer el envejecimiento del organismo», afirma Toni Pagès. Por todo ello, sustituir la dosis diaria de liberación lenta por una semanal acontecería un nuevo brío de esperanza para los y las pacientes.
Al respecto de este avance, la Dra. Alessandra Gabillo, endocrinóloga y responsable del Servicio de Endocrinología de la Xarxa Santa Tecla, apunta que «la insulina de dosificación semanal, como por ejemplo la insulina Icodec, podría convertirse en una alternativa a la insulina basal diaria actual». Más concretamente, la especialista recae en que «al necesitar menor cantidad de inyecciones diarias (pincharse menos veces), los y las pacientes tendrían menos olvidos de dosis, una mayor adherencia terapéutica y, por ende, un mejor control metabólico de su diabetes, porque no es lo mismo tener que administrarse la insulina basal todos los días a hacerlo solo una vez a la semana, gracias a una insulina de liberación muy lenta».
En cuanto a la evidencia científica, la Dra. Gabillo indica que «hasta el momento, los estudios preliminares han demostrado que la reducción de la hemoglobina glicosilada (HbA1c), parámetro analítico que permite evaluar el promedio del azúcar en los últimos tres meses, son similares entre la insulina basal diaria y la semanal». De hecho, a través de un comunicado, el Dr. Alfonso Soto González, adjunto del Hospital Universitario de A Coruña, apuntaba que «esta insulina basal de administración semanal va a ser una magnífica innovación de tratamiento para los pacientes con diabetes, mejorando su calidad de vida».
Esto se debe a que de olvidarse la dosis, según palabras de la Dra. Alessandra Gabillo, «el paciente se arriesga a que sus niveles de azúcar aumenten, y si esto se produce de forma reiterada aumentan también las complicaciones a corto y largo plazo de la diabetes, y las consecuencias para la salud también se agravan».
Por último, la Dra. Alessandra Gabillo añade que «se necesitan estudios adicionales para determinar qué pacientes se van a beneficiar más en la práctica clínica del tratamiento con este tipo de insulinas ultralentas y la seguridad de la misma en cuanto a los efectos adversos del tratamiento con insulina, como son las hipoglicemias (bajadas de azúcar)».