Desde hace años, uno de los principales caballos de batalla de la profesión enfermera es la conciliación laboral y personal. Así, aprovechando el Día Nacional de la Conciliación y la Corresponsabilidad, que se celebró el pasado 23 de marzo, desde el Col·legi Oficial d’Infermeres de Tarragona (CODITA) hacen un llamamiento sobre «la necesidad de crear entornos laborales y sociales que faciliten la conciliación entre las responsabilidades profesionales y familiares».
En este contexto, cabe recordar que los últimos resultados de una encuesta realizada por el Col·legi en 2022, entre las más de 4.000 profesionales colegiadas, pusieron de manifiesto que «seis de cada diez se mostraban bastante y muy preocupadas por la conciliación laboral».
Además, en el informe se recordaba que la enfermería «es una profesión básicamente feminizada y que un 91% son mujeres, además de que el 84,4% está bastante o muy preocupada tanto por el aumento de la carga de trabajo como por sus condiciones laborales o por la estabilidad del trabajo».
Por todo ello, desde CODITA hicieron hincapié en que las «enfermeras somos garantes de la salud de la ciudadanía, tenemos un papel destacado en el cuidado, atención y acompañamiento de la población». En este contexto, la comadrona Gemma March y la enfermera Helena Escoda, colegiadas de CODITA, relatan, a continuación, su experiencia, así como sus éxitos y frustraciones, a la hora de conciliar el ejercicio de la profesión.