Seguridad, calidad y comodidad. Estos son los tres pilares del acceso vascular que en los últimos años ha experimentado una mejora sin precedentes. De estas ventajas se han beneficiado sobre todo los pacientes oncológicos, que requieren de tratamientos prolongados y sistemáticos, y evitar así la necesidad de pinchazos múltiples.
Por ello, el Hospital Universitari Sant Joan de Reus ha ampliado los recursos de la Unidad de acceso vascular y terapia endovenosa. «La tecnología consiste en la implantación de un catéter permanente a él o la paciente para que, durante el tiempo necesario, no deba someterse a múltiples pinchazos para recibir los tratamientos; desde 2009 hasta 2024, hemos realizado unos 20.000 accesos vasculares», detalla el director adjunto del Institut d’Oncologia de la Catalunya Sud, Joan Lluís Borràs Balada. Cifras que han convertido al hospital de Reus en el centro de referencia, tanto por su implantación como por su experiencia en el cuidado de los dispositivos.
En este sentido sobresale la labor de la Enfermera en Práctica Avanzada en acceso vascular y responsable de la Unidad, Maite Parejo, quien se encarga desde implementar nuevas técnicas hasta formar a otros profesionales, pasando por desarrollar tareas de gestión e investigación.
«Empezamos con la inserción de catéteres venosos centrales de acceso periférico (PICC) que se realiza tradicionalmente mediante la técnica ‘a ciegas’; después ECO y ahora también utilizamos el ECG, es decir, la implantación se realiza guiada por ecografía y la localización de la punta de catéter se hace mediante al trazado del electrocardiograma. No es necesario realizar RX y una vez implantado ya se puede utilizar», explica la enfermera oncológica, quien se ha formado al lado del profesor Mauro Pittiruti, médico en el Policlínico Gemelli (Roma), referente a nivel internacional en acceso vascular y quien visitó el hospital de Reus.
«La visita sirvió para tender puentes de colaboración en el ámbito de la investigación; por un lado, el estudio y minimización de las complicaciones, y, por otro, el desarrollo de nuevas tecnologías, ya sean nuevos dispositivos o nuevas maneras de implementarlos», afirma el doctor Borràs.
En este sentido, la última revolución son los catéteres PICC-port, que permiten la administración de líquidos, medicamentos y extracción de muestras sanguíneas con seguridad a pacientes que requieren un acceso vascular permanente debido a su patología.
De hecho, estos últimos son la salvación para los pacientes oncológicos. «Es un catéter interno lo que permite a los pacientes oncológicos disfrutar de una mejor calidad de vida», explica la enfermera Parejo, quien subraya que «fuimos de los primeros equipos en poner este tipo de catéteres en Catalunya».
A día de hoy, los accesos vasculares son también una garantía de bienestar para los pacientes que requieren de tratamientos prolongados, como los de nutrición parenteral domiciliaria, o personas con un calibre venoso insuficiente.
Por esta razón, el doctor Borràs augura que, en los próximos años, «aumentará la demanda de estos dispositivos, puesto que cada vez los pacientes son más complejos, hay más casos de cáncer y la población envejece».