Raquel Córcoles es periodista y publicista. Pero la realmente conocida es su alter ego, Moderna de Pueblo. Un personaje que protagoniza libros, viñetas en distintas publicaciones y numerosas campañas publicitarias. Ahora, ha llegado a las inmensas pantallas de Times Square.
¿Cómo llega Moderna a Times Square?
Nos contactó una empresa de publicidad. Normalmente lo hacen para campañas en España, pero en este caso era una para Spotify a nivel mundial para la que se puso en contacto el cliente de forma directa.
¿Y ya le dijeron que acabaría en Times Square?
¡Qué va! Mientras trabajábamos, con cambios, adaptando el mensaje... nos dicen: ¿Nos dais permiso para poner la imagen en Times Square? Y pensé: «¡¿Cómo?!». Pero en aquel momento no era consciente de que Moderna sería la imagen global de la marca.
¿A qué se refiere?
No sabía el peso que se le daría. Pensaba que Moderna sería solo un frame, que aparecería junto a otros personajes, y no que tendría todo el protagonismo de la campaña. Soy mujer, estoy tan acostumbrada a estas cosas...
Denuncia muchas situaciones injustas para la mujer en sus viñetas.
Sí, así que cuando supimos que Moderna era la imagen, en mayúsculas, fuimos los primeros sorprendidos. Una colega ilustradora que publica en el ‘New York Times’ vio antes que yo la campaña en Times Square. Me enteré por ella de que ya había salido. Me pasó la foto y pensó que yo estaba en Nueva York.
Pero no. Era su alter ego.
No he estado nunca en Nueva York, me alegra que haya llegado Moderna antes que yo.
Y de la mano de Spotify. Ha trabajado con grandes marcas... Cuénteme más.
Estoy por ejemplo con una japonesa, he trabajado con Ikea... Yo era nostálgica de la esencia de la publicidad de antes, cuando todo el mundo hablaba, por ejemplo, del anuncio de Coca-cola o del de Ikea.
¿Recuerda cómo entró en el mundo de la publicidad?
Hace años... Primero tenía dudas, pero estamos contentos. Empezamos muy temprano con Reebok, con quien todo encajó en seguida. «Me pagan y encima haré que la gente se divierta», me planteé. Eso sí, con Carlos, mi pareja –trabajamos juntos– tenemos los pies en el suelo.
¿En qué sentido?
No decidimos por clientes, sino por mensaje. Y tenemos mucho respeto por no vender motos.
Ponen límites morales.
Cuando empezamos a trabajar para KH-7, había quien no lo entendía. Pero ha sido un reto hacer una campaña con ellos sobre las manchas de la regla. La línea infranqueable no es la marca, sino lo que transmite. Y cada vez nos contactan más firmas alineadas con nuestros valores.
¿Por ejemplo?
Moderna no estaría en una campaña que fomente el consumo de carne. Pero entonces aparece una firma de carne vegana y de repente todo encaja, hay un match de valores y de estilo. También las hay que van un poco perdidas...
¿Perdidas, por qué?
Nos buscaron para anunciar operaciones de pecho rápidas.
¿Cómo? Explíqueme esto.
Tan rápidas que podías volver al trabajo el mismo día de la intervención, transcurridas solo unas horas.
Increíble.
¿Cómo pudieron pensar que Moderna transmitiría ese mensaje? Poco debían conocernos.
Disculpe que vuelva a Times Square. ¿Hasta cuándo podrá verse Moderna allí?
No me atreví a preguntar más, lo confieso (se ríe). Yo trabajé la campaña y di el ok para que la imagen se proyectara allí. Supongo que ya no estará.
¿Ha notado que despertara más interés en su trabajo?
A nivel profesional, no especialmente. Sí que he notado una ilusión compartida de la gente que me conoce. Me han escrito familiares, compañeros de estudios... Estoy tan acostumbrada a los hates, que he agradecido mucho estos mensajes. Yo, que a mis casi cuarenta años ni me he casado ni he tenido hijos, lo he vivido como si fuera mi boda (ríe). Hay quien escribe un libro, planta un árbol... o en este caso, publica una campaña en las pantallas de Times Square.
¿En qué más está trabajando ahora?
Tengo ganas de libros.
¿Nuevos?
Ahora estoy con la reedición de ‘Capullos’. Dicen que es un libro que ha envejecido mal, y en esta reedición incorporo reflexiones de Moderna sobre cómo hemos cambiado en diez años... Es un ejercicio interesante. Los libros requieren mucha mano de obra y quiero centrarme en ellos, pero tengo que hacer equilibrios porque llevo doce años cuidando mis redes, que son mi carta de presentación, y no puedo desatenderlas.
Redes sociales, cómics y marcas
Apoyo a las artistas mujeres
Colaboro con Spotify en su proyecto Equal, que apoya a las artistas mujeres. El machismo en la industria musical canta un poco, pero ellas cantan más y mejor.
En el seminario
Aunque acabé los estudios en Madrid, estudié la carrera en Tarragona, en el edificio del seminario. Tengo muy buen recuerdo de aquella época en que todos éramos nuevos y teníamos la responsabilidad de arrancar un proyecto. Era como una familia.
Pareja dentro y fuera del trabajo
Detrás de Moderna de Pueblo estamos Raquel Córcoles y Carlos Carrero. Somos pareja y llevamos años trabajando juntos.