Una experiencia única para los cinco sentidos. La época de floración de los árboles frutales tiñe de tonos blancos y rosas el paisaje de la Ribera d’Ebre. Es un espectáculo efímero que, año tras año, hipnotiza a más visitantes, quienes se acercan hasta la comarca ebrense cautivados por la belleza de la naturaleza. El objetivo es admirar un paisaje natural y cromático único, que también contribuye a poner en valor la actividad agrícola y gastronómica de las localidades de Ascó, Benissanet, Flix, Garcia, Ginestar, Miravet, Móra la Nova, la Palma, Riba-roja d’Ebre, Tivissa y la Serra d’Almos, y Vinebre. «Lo que hace atractivo visitar la Ribera d’Ebre durante la floración es que es un momento único que tiene una duración concreta en el tiempo, entre el final del invierno y el principio de la primavera, lo que permite descubrir paisajes totalmente efímeros», afirma la técnica de desarrollo turístico del Consell Comarcal de la Ribera d’Ebre, Mònica Sabaté Cardona.
Por lo general, el período de la floración abarca los meses de febrero, marzo y principios de abril, pero este año, debido a la climatología de las últimas semanas, este regalo de la naturaleza se está haciendo derogar. «La floración durante el mes de marzo entra dentro de la normalidad. En cambio, en los últimos años, lo que no era habitual eran las temperaturas elevadas durante enero y febrero, provocando que la floración se avanzara», explica Mònica Sabaté.
Si bien en los últimos días ya se empieza a apreciar, tímidamente en algunas zonas de la comarca, este retrato de matices con el estallido de la flor de los almendros. Después, a medida que avanzan los días y llega el buen tiempo, la floración se abre paso con los melocotoneros y por último el protagonismo recae en la flor de los cerezos. Por ello, desde el área de Turisme del Consell Comarcal de la Ribera d’Ebre se ha elaborado un catálogo con experiencias turísticas que abarcan desde caminatas por los campos en flor hasta maridajes gastronómicos y vinícolas, así como actividades complementarás que abren el abanico de experiencias a la literatura y el patrimonio.
«El programa de actividades permite descubrir la comarca y ver los campos en flor en un momento espectacular, y, a la vez, combinar la experiencia con el descubrimiento del patrimonio cultural y degustaciones de productos locales, es decir, el objetivo es que los visitantes, más allá de disfrutar de la floración, puedan combinar la experiencia con otras propuestas complementarias», explica la técnica de desarrollo turístico del Consell Comarcal de la Ribera d’Ebre. El año pasado, se calcula que más de un millar de personas participaron en las actividades guiadas, después de dos ediciones atípicas condicionadas por la pandemia de la Covid.
«La esencia de la floración es ver los campos de árboles en su esplendor», comenta la responsable del Punt d’Informació de Benissanet, Rosa Martínez. Así, están pendientes de como avanza el ciclo natural de la floración para salir al campo y poder disfrutar de una caminata por los campos de la localidad de Benissanet, una experiencia que también incluye una visita al refugio de la Font Gran y una degustación de pastissets.
Por su parte, Vicens Ayan (Tarvitur) comenta que «lo que proponemos es disfrutar del nuevo ciclo anual de la naturaleza, la primavera, cuando los árboles frutales están en flor». Por ello, añade, «durante las visitas también se pone en valor la agricultura, el proceso de cultivo, las variedades, etc.». Todo ello sin olvidar la vinculación del territorio con la Batalla de l’Ebre y la orografía del espacio, vertebrada por el río Ebre.
Paralelamente, la belleza extraordinaria de los campos en flor son una fuente de inspiración para el poeta y novelista Vicenç Llorca, quien este sábado, durante todo el día, ofrecerá una jornada de escritura creativa en Vinebre.
En cualquier caso, el catálogo de actividades guiadas y experiencias complementarias se puede consultar a través de la web de Turisme Ribera d’Ebre (www.turismeriberaebre.org/proposta/floracio-ribera-ebre). Si bien, la información se irá actualizando a medida que el paisaje de la Ribera d’Ebre se alumbre de blanco y rosa.