Marçal lleva muchos años sin ver a su padre. Así que cuando se ve obligado a organizar una cena para presentarlo a su prometida y a su suegra, que son de clase alta, decide contratar a un actor. La historia se enreda cuando el intérprete enferma y la agencia envía un sustituto, Ramon, que se implicará tanto en su papel que lo complicará todo.
Este es el punto de partida de la obra Un sogre de lloguer. El actor Joan Pera actuará este sábado, 15 de febrero, en el Palau Firal i de Congressos de Tarragona (21 horas). Compartirá escenario con la actriz de Constantí Muntsa Alcañiz, Claudia Benito y Edu Lloveras.
Desde su estreno en el Teatre Goya, ‘Un sogre de lloguer’ se ha convertido en uno más de la familia.
El éxito ha sido de los que hacen historia, ya que se agotaron todas las entradas. Se trata de una comedia divertida, en la que la gente no para de reír. Me recuerda un poco a La extraña pareja.
¿Por qué?
Por la hilaridad, el divertimento, los momentos álgidos, etc. Por otro lado, el papel que interpreto en Un sogre de lloguer es divertidísimo, la compañía excepcional, el decorado precioso, etc. Es una obra en la que todo suma.
El mérito es para Susanna Garachana y Jaume Viñas, autores del texto a cuatro manos.
Sí, y también de la dirección a cargo de Daniel Anglès.
Quien me conoce sabe que a veces me gusta improvisar. El resultado es un juego escénico realmente extraordinario
¿De qué situaciones hilarantes será testigo el público tarraconense?
La función comienza con una sorpresa y después suceden un sinfín de embrollos. Todo comienza cuando el joven Marçal contrata a un actor para que se haga pasar por su padre, pero el intérprete enferma y envían un substituto, Ramon.
Interpretar a Ramon, ¿qué reto le ha supuesto?
La verdad es que Un sogre de lloguer resulta una comedia escrita expresamente para mí. Desde los primeros ensayos todo fue rodado. En el escenario nos divertimos mucho, mientras que el público también disfruta y se entretiene durante una hora y media.
También da rienda suelta a la improvisación.
Quien me conoce sabe que a veces me gusta improvisar. Esto hace que los actores y actrices vayan un poco de cabeza. Pero el resultado es un juego escénico extraordinario. El personaje de Ramon es como un traje a medida, me siento cómodo.
Así, puede ser usted mismo encima del escenario.
Realmente, hay mucho de mí en la función. De aquello que seguro me pasaría si estuviera en la misma tesitura. Soy una persona muy sencilla, normal y de pueblo, a quien las situaciones rocambolescas, extrañas y complejas le hacen mucha gracia.
Comparte escenario con Muntsa Alcañiz de Constantí, Claudia Benito y Edu Lloveras.
Cuando se alcanza un éxito como el que hemos logrado, todo contribuye a que la convivencia sea extraordinaria. A Muntsa hace muchos años que la conozco y es una actriz extraordinaria. En el escenario está espléndida. Por su parte, Clàudia y Edu también son dos actores con mucho gancho entre el público
¿Cuál es el secreto para preservar la vocación por el teatro?
Hace tantos años que me dedico a la interpretación, y sobre todo al teatro, que no sabría qué decirte. Más que un oficio, para mí el teatro es una manera de vivir. Mi única preocupación es que el público se lo pase bien. Es una actitud vital y un placer que espero mantener en los próximos años. Por ello, será un gozo estar de nuevo en Tarragona.
Cuándo se levanta el telón, ¿qué es lo primero que le viene a la cabeza?
Mi primer pensamiento es que todo vaya y quede bien. Los nervios de cumplir con las expectativas de la gente siempre están ahí. Tener el teatro lleno es una responsabilidad. Las personas deben volver a su casa felices. Por esta razón, cuando salgo al escenario por primera vez siempre me invade la inquietud y el temor de hacerlo bien. Después me relajo.
Puedes hacer llorar sentado en una silla o desde un sofá, pero para hacer reír debes estar de pie, de cara al público, brillante y divertido
¿Cómo ejercita la memoria?
Cuando la función ha comenzado, todo fluye. Siempre digo que en el teatro si escuchas lo que dice el otro actor o actriz enseguida te viene a la mente lo que debes decir tú. No es tan difícil como la gente se piensa.
La naturalidad es importante.
Sí. Cuando te sientes cómodo en el escenario no debes preocuparte. En Un sogre de lloguer, todo va rodado. A veces se me escapa la risa pensando en lo que viene después, algo que un actor serio no debería hacer. Pero no puedo evitarlo.
Se dice que es más difícil hacer reír que hacer llorar.
Es más cansado hacer reír que hacer llorar porque la actitud y el tono deben estar siempre altos. En cambio, en un drama interiorizas el sentimiento y todo resulta más descansado. Puedes hacer llorar sentado en una silla o desde un sofá, pero para hacer reír debes estar de pie, de cara al público, brillante y divertido.
¿Qué hará cuando se jubile?
Todavía tengo que pensarlo (risas). No sé hacer nada más que actuar. Solo pido que me dejen hacer teatro hasta que pueda. Así soy feliz.
