Desde mediados de siglo X hasta mediados del XI, las tierras bañadas por el río Gaià constituyeron la frontera entre los condados catalanes, la Marca Hispànica, y los dominios sarracenos, al-Ándalus.
Hoy podemos descubrir esta zona con un gran patrimonio histórico gracias al Camí de les Terres del Riu Gaià, un itinerario senderista que resigue el río desde su nacimiento en el municipio de Santa Coloma de Queralt hasta su desembocadura en las aguas del Mediterráneo, en la playa de Tamarit.
Si bien el recorrido cuenta con más de 60 kilómetros, el tramo más popular es el que une la localidad del Pont d’Armentera con Querol. Los puentes colgantes y pasarelas que cruzan el río han convertido a esta ruta breve y de escasa dificultad física en un itinerario cada vez más frecuentado, hasta el punto de estar hoy de moda.
Dificultad de la ruta
Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables. El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino.
El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, establece que este recorrido, si se hace ida y vuelta hasta Querol, es de dificultad física exigente a causa de sus 18 kilómetros de longitud y 483 metros de desnivel positivo. Rebajar la dureza es tan fácil como acortar el trazado.
Si la idea es disfrutar de los puentes junto al agua, entonces caminaremos 5,4 kilómetros en los que, eso sí, resolveremos la inmensa mayoría de los obstáculos técnicos que presenta el curso del río Gaià. El más evidente es la pasarela inicial con caída a la derecha. Por suerte, existe una alternativa para este paso.
Instrucciones de la ruta
Estacionamos o bien pasado el cementerio del Pont d’Armentera o bien en el aparcamiento de zona blanca de su interior. El trazado arranca paralelo a la C-37 en la salida del municipio en dirección a Querol.
Las señales no son especialmente abundantes, sin embargo, como norma general caminaremos paralelos al curso del río, sobre todo si sólo queremos hacer el tramo de las pasarelas.
Ir hasta el Gorg Negre de Querol requiere salvar algo más de desnivel, sobre todo por una breve e intensa pendiente pronunciada, y paciencia, pues volveremos por el mismo lugar. Es aconsejable llevar o el mapa de la zona o una aplicación con el recorrido a fin de evitar confusiones en sus numerosos cruces.
El nacimiento de Catalunya
El nacimiento de Catalunya se sitúa entre los siglos IX y X, siendo su antecedente político la Marca Hispánica impulsada por Carlomagno.
Se trataba de un territorio fronterizo entre su reino y las tierras dominadas por los sarracenos a raíz de la victoria franca en la batalla de Poitiers (732).
De esta manera se creó la Catalunya Vella, el territorio bajo el mando imperial de los monarcas carolingios. Los islámicos entraron a la península ibérica en el año 711 con un contingente de entre 9.000 y 18.000 militares que derrotaron a los visigodos, cuyo capital era Toledo, y se expandieron con rapidez por la península ibérica, entre otras cosas, gracias al uso de la calzada romana.
Las tierras bajo el yugo carolingio se dividieron en condados y se encargó su gobierno a los condes en régimen de vasallaje. Con el paso del tiempo, Guifré el Pilós, uno de dichos condes y el creador del linaje de la Casa de Barcelona, aglutinó diferentes condados. Este poder facilitó que el año 988 se produjera una desvinculación de la monarquía franca gracias al creciente poder amasado por los condes catalanes, ahora bien, los musulmanes todavía ocupaban plazas clave como Tortosa, Lleida o Prades.
Así pues, los castillos que salen a nuestro paso obedecen a un contexto histórico en el que se intensificó el control de la frontera, provocando una multiplicación del número de fortificaciones: las tierras pasaron de albergar cuatro o cinco castillos a mediados del siglo X a nada menos que catorce en el XI, entre los que se cuenta, por ejemplo, el de Montmell.
La Sagrada Familia de Montferri
Cerca del Pont d’Armentera está la Mare de Déu de Montserrat, un santuario dedicado al culto de la Moreneta cuyas formas evocan a la montaña de Montserrat y a la propia Sagrada Familia diseñada por el ilustre arquitecto catalán Antoni Gaudí.
Fue construida por el arquitecto modernista Josep Maria Jujol, un estrecho colaborador del reusense que por desgracia no vio terminada su obra en tanto que la construcción se detuvo a causa de la Guerra Civil.
En su interior se puede disfrutar de un curioso juego de colores. Las ventanas en forma de corazón crean una visión que, unida a un entorno repleto de viñedos, componen una visita pintoresca. El santuario abre al público los siguientes días: los martes, miércoles, jueves, sábados y domingos de 10.30 a 13.30 horas.