Un brindis con cava, y si quiere atraer la fortuna introduzca un anillo de oro en la copa. Lencería roja. Entrar con el pie derecho. Comer doce uvas. Estas son algunas de las tradiciones con las que dar carpetazo al 2024 y empezar con dicha el 2025. Pero más allá de nuestras costumbres, es posible dar la vuelta al mundo a través de los ritos de Nochevieja en otros países.
Entre los más populares se encuentra la celebración de Fin de Año en Italia. La última noche del año, en las mesas italianas no puede faltar el tradicional plato de cotechino o lenticchie (salchichas con lentejas). La popular expresión lentejas, si quieres las comes y si no, las dejas no tiene cabida en la Nochevieja italiana. El motivo es que las legumbres se consideran un símbolo de fortuna y prosperidad, por su forma de monedas. Por su parte, originario de la región de Módena con Indicación Geográfica, el cotechino es un embutido jugoso y sabroso que aporta plenitud y abundancia. En cualquier caso, si no le apetece comer un plato de lentejas, pero no quiere perder la oportunidad de ‘atraer el dinero’ puede colocar un puñado en un bol y dejarlo en el centro de mesa.
El siguiente destino es Turquía, donde la granada se considera un fruto símbolo de la abundancia y la fertilidad. Por ello, suele abrirse una pieza a media noche o a veces tirarla al suelo en la puerta de casa. Cuantas más semillas se esparzan por el suelo, dicen, más prosperidad traerá. Otra opción menos ‘pringosa’ es que alguien le regale una granada de cerámica para atraer la prosperidad y como símbolo de unión.
En cambio, en Austria el ‘amuleto’ es el cochinillo. Por ello, para hincar el diente a la suerte en Fin de Año se sirve cochinillo asado. A modo de decoración, tampoco pueden faltar cochinillos de mazapán, chocolate, masa de harina y otros dulces. Marzipanschwein son figuras de mazapán -almendra molida y azúcar- que se regalan durante el Año Nuevo como representación de éxito, fortaleza y fortuna.
Japón es con diferencia el país en el que hay más personas que han superado los 100 años. De esta manera, los noodles se comen la última noche del año con la ilusión de que sus largos fideos atraigan la longevidad, mientras que los Toshikoshi soba -fideos japoneses hechos con harina de trigo sarraceno- se consideran una ‘receta de cambio de año’. Como son fáciles de partir, también representan la capacidad para ‘cortar por lo sano’ con el año anterior.
Un símbolo de crecimiento y renacimiento. Así veneran a las cebollas en Grecia. En la víspera de Año Nuevo, la tradición conocida como Kremmida consiste en colgar encima de la puerta de entrada de las casas una cebolla y retirarla a la mañana siguiente.
Por su parte, en las mesas de Fin de Año mexicanas es habitual encontrar tamales, una masa de maíz rellena de carne, queso y otros ingredientes, y envuelta en una hoja de maíz o plátano.
En cambio, en Suecia y Noruega la tradición es el arroz con leche. Y quien encuentre la almendra que suelen esconder en el interior del postre gozará de 12 meses de buena suerte.
Reyes Magos
Igual de variopintas son las tradiciones relacionadas con la llegada de los Reyes Magos, la noche del 5 de enero y el día 6, con el fin de celebrar, con ilusión, una de las festividades más mágicas del año. Bajo el nombre Folia de Reis, en Brasil grupos de hombres van de casa en casa relatando el viaje de los magos a Belén, mientras cantan y bailan por las calles.
Por su parte, Alemania celebra el Dreikönigstag. Son los niños quienes se disfrazan de Reyes Magos, portando una estrella en la mano. La tradición dicta que deben ir de casa en casa cantando a cambio de caramelos o regalos.
En cambio, de vuelta a Italia la protagonista es la bruja Befana. Reemplaza a los Reyes Magos y durante la madrugada del 6 de enero sobrevuela los hogares italianos para dejarles a los niños regalos, dulces o carbón. Todo es cuestión de magia.