La 37 edición de los premios Goya se convirtió en un homenaje a Carlos Saura. De hecho se inició la ceremonia con la entrega del Goya de Honor al mismo Saura, galardón que recogió su pareja, la actriz Eulalia Ramón y sus hijos Antonio y Anna Saura.
Carmen Maura, que trabajó con él en ¡Ay Carmela!, fue la encargada de entregárselo, con todo el auditorio en pie y en medio de una gran emoción. Todos los presentes se acordaron del último director clásico del cine español, que murió a los 91 años.
Entre los primeros premiados, al cierre de esta edición, destacó Luis Zahera (Santiago de Compostela, 1966), que ganó el Goya al mejor actor de reparto por su papel de paisano en As bestas de Rodrigo Sorogoyen.
Zahera competía con su compañero de reparto y hermano ficticio Diego Anido, con Ramón Barea, nominado por Cinco lobitos, y con Fernando Tejero y Jesús Carroza, ambos por Modelo 77.
Por otro lado, Susi Sánchez (Valencia, 1955) se alzó con el Goya a la mejor actriz de reparto por su papel en Cinco lobitos de Alauda Ruiz de Azúa.
Se trata del segundo Goya de su carrera; el primero, como mejor actriz protagonista, lo ganó por La enfermedad del domingo (2018), de Ramón Salazar.
La alfombra roja
Antes de los galardones, los protagonistas de la noche pasearon sus modelos por la alfombra roja. Algún desacierto en el vestuario y una gran variedad de color es lo que primó en el desfile del Palacio de Exposición y Congresos de Sevilla (Fibes) donde se celebró ayer la gala de los Premios Goya.
«El cine es corto» se ha pudo leer en el superlazo del vestido amarillo flúor de Esther Noriega con el que posó Carmen Córdoba, mensaje que también reivindicó a Alicia Núñez, nominada al mejor corto de animación.
Paloma Peñarrubia Ruiz y Vanesa Benítez Zamora, nominadas a mejor canción por La vida chipén, no acertaron con su vestuario, al igual que Sara Sálamo, con un vestido de transparencias que no convenció.
Sin embargo, en rosa fucsia, Macarena Gómez, sorprendió con una capucha que cubría el pelo con brillantina, un diseño de Teresa Helbig, una de sus diseñadoras de cabecera. A su lado, su marido Aldo Comas también destacó con una chaqueta serigrafiada con una langosta, un homenaje a Salvador Dalí.
De blanco inmaculado llegaron las representantes a mejor cortometraje de ficción, Cuerdas, mientras que Ana Álvarez ha lucido un diseño abullonado de De la Cierva y Nicolás en color chocolate y Alfonso Bassave hizo gala de su elegancia con un esmoquin de Lander Urquijo.
Mientras, el tono reivindicativo lo puso Isabel Coixet, la directora que clama a cuatro vientos la libertad de género. En su chaqueta rezaba el lema «women life freedom». Coixet se felicitó de «dejar de estar sola» en las nominaciones, y ha exclamó un espontáneo: «¡Ya era hora!, es una gran satisfacción y me llena de orgullo, pero esto no va a quedar así, vamos a ser muchas más», declaró una de las directoras más premiadas de España.
El actor Álex González también quiso aplaudir a sus compañeras cineastas: «Es maravilloso que de las cinco mejores películas tres sean de directoras, eso habla muy bien del momento tan bueno que vivimos para los que estamos peleando por la igualdad».
Por su parte, la cantante Blanca Paloma, reciente ganadora del Benidorm Fest, se paseó por la alfombra roja de los Premios Goya cantando la canción Eaea, con la que representará a España en el próximo festival de Eurovisión.
La intérprete de Elche, que interpretó varios fragmentos de la canción en distintos puntos de la alfombra, reconoció que una de sus películas favoritas de este año es Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa.
Todo este universo multicolor se mezcó en una gala que, eso sí, despidió con honores a todo un clásico como Carlos Saura.
