La pena más grande que Lola Flores llevaba en el fondo de su alma era no haber podido encarnar el papel de Poncia en el Teatro Español y de la mano de Miguel Narros. Se lo confesó a José Luis Balbín en el mítico programa de televisión que presentaba La Clave y, básicamente, fue por temas de agenda y porque luego falleció. Pero la vida, que es así de caprichosa, ha regalado este mismo papel a la mayor de las Flores, Lolita, quien sí se ha metido en la piel de la criada más longeva de La Casa de Bernarda Alba interpretando el personaje de una manera sublime y desgarradora.
Sabiendo esta anécdota, el director teatral Luis Luque tuvo la idea de leer la obra de nuevo y descubrir si podía rescatar el personaje. No dudó en llamar a Lolita y proponerle trabajar juntos y explicar al público qué podía haber ocurrido después de la muerte de una de las hijas de Bernarda Alba, Adela. Luque descubrió un increíble material dramático dentro de Poncia y con el sí de Lolita, el proyecto empezó a gestarse. A diferencia del texto original de Federico García Lorca donde los hechos se desarrollan en orden cronológico, en la Poncia que veremos en el Teatre Tarragona ella habla después del shock producido por el suicidio de Adela. Todo ocurre tras su muerte.
Para la actriz y cantante, meterse en la piel de esta renovada Poncia, no fue nada fácil; subirse a un escenario en solitario tras un camino de mucho trabajo con el texto fue todo un reto. La Poncia de Lolita tiene más peso que la original y a pesar de que el silencio vive instalado en la casa, ella habla sola y llora por las muertes; cosa que en la casa de los Alba no pasa. Así mismo lo cuenta el director, asegurando que «Poncia tiene la libertad individual y lo demuestra con el pensamiento, no con las acciones. La libertad la llevamos dentro y ella va contra las responsables de una educación en represión y de quien la ejecuta».
Poncia, que se ha criado desde pequeña con la dueña de la casa, conoce perfectamente todos los secretos de la familia y conoce la verdad de todo lo que ocurre. Como buena sirvienta es testigo de la vida familiar y a partir de la muerte de Adela se empiezan a rememorar advertencias que pasaron desapercibidas para todos, incluida para ella misma en esa labor de puente entre Bernarda y sus hijas.
El amor, la educación, el sexo, la culpa, etc, son algunos de los temas que se hablan en esta versión de La casa de Bernarda Alba y que como decíamos, se basa en los textos y vivencias de Poncia con la familia a la que sirve. La obra de García Lorca vira hacia el monólogo para ajustar cuentas entre sus personajes y dejando claro por parte de la actriz que la obra no va de machismos, ni feminismos, sino de la realidad de la época. Destacar también de esta propuesta de Luque la escenografía creada por Mónica Boromello quien juega en el escenario con unas grandes cortinas que se tiñen de un color u otro según la emoción y los sentimientos que se quieran expresar. La música original compuesta por Luis Miguel Cobo también tiene un gran protagonismo y el diseño de vestuario viene de la mano de Almudena Rodríguez.
Poncia lleva ya girando más de un año por todo el país con un éxito rotundo y una Lolita espectacular que se crece cada vez que sube a un escenario. Es una de las mejores propuestas teatrales de 2025 y que por suerte disfrutaremos, a los que tengamos entradas porque ya no queda ni una, este viernes en el Teatre Tarragona.