Moderna de pueblo: «Algunos hombres no pueden gestionar estar con una mujer que gane más»

La reusense Raquel Córcoles revisa su gran éxito y lo actualiza con el título de ‘Los capullos regalan flores’

19 abril 2024 22:07 | Actualizado a 20 abril 2024 20:20
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La reusense Raquel Córcoles, conocida como Moderna de Pueblo, ha revisado su gran éxito de hace diez años y acaba de publicar Los capullos regalan flores (Zenith). Muchas son las cosas que han ocurrido en los últimos diez años y Moderna de Pueblo ya no es la misma.

¿Cómo ha cambiado Moderna de Pueblo en una década?
Creo que no soy la única. Ahora vemos las cosas de manera diferente. El libro original es una comedia romántica con pretensiones de dirigirse a tías modernas, guays e independientes, pero cuando lo releí hace un par de años me di cuenta de que, como se dice ahora, había envejecido bastante mal. Ya no estamos tan obnubiladas con prototipos de masculinidad que no son lo que nos conviene para tener calidad de vida. Nos hemos revisado nosotras mismas, nos hemos deconstruido y Los capullos regalan flores es el resultado de ese proceso.

Generaciones atrás las mujeres pensaban en sí mismas ya a una cierta edad. Ahora no es así.
En realidad yo creo que ya me valoraba mucho cuando empecé porque quise tener una vida aprovechada. Pero cuando piensas de manera un poco egoísta, dándole valor a lo que quieres conseguir y a lo que quieres vivir, eso ya a veces es incluso raro.

¿Cómo ha influido el #MeToo en estos años?
Ha sacado a la escena pública cosas que antes, por miedo, las mujeres se callaban. Entonces, ahora, en lugar de que las mujeres tengan miedo de tener un agresor en el trabajo, ellos también lo tienen de que una mujer pueda desenmascararlos y hablar. Eso es muy sano y muy positivo, lo que no significa que todos los casos sirvan de algo y acaben siendo justos. Ahora, cuando un hombre en el trabajo te hace la bromita fuera de tono, ya te pide perdón al segundo. Ya saben que ese tipo de cosas son una línea que no se debe cruzar. Antes había más impunidad y no pasaba.

Entonces, ¿los capullos regalan flores?
En un primer momento lo iba a llamar Los capullos también regalan flores, pero si lo tachaba quedaba mejor. Es verdad que ahora un hombre que se apoye mucho en gestos románticos suele ser para compensar otras cosas y casi que preferimos que trabaje esas cosas. Los capullos regalan flores es una reflexión sobre qué cosas nos parecen románticas actualmente. Básicamente, es mejor que sea un adulto funcional y que no dé carga mental y problemas a que cada vez cometa los mismos errores y regale flores para pedir perdón.

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En 10 años ha visto su evolución, de aquí a otros 10 años...
Cuando leo libros de Nora Ephron flipo porque aparecen debates que parecen de hoy. Obviamente, sí que se avanza pero está claro que la desigualdad inicial es muy grande y entonces hay idas y venidas, como pasitos adelante y luego pequeños retrocesos.

Habla de la hipergamia.
Antes decíamos esta especie de mentira piadosa a nuestras amigas, aquello de «eres demasiado buena para él». Esta frase, ahora mismo, se ha convertido en una teoría fundamentada. Básicamente trata de que las mujeres de mi generación hemos alcanzado una calidad de vida y un estatus medio alto en comparación con ellos e incluso a veces no pueden gestionar estar con una mujer que gana mucho más. Por otra parte, si un tío tiene 30 años, dispone de un espectro mucho mayor que una tía de la misma edad para escoger pareja porque ellos pueden formar una familia con una chica de 25 años o con una de 40. La hipergamia analiza todo esto y el problema es que las mujeres cualitativamente no encuentran hombres de su mismo nivel. De hecho, me metí en foros de tíos para intentar entender cómo lo percibían y decían que tenían que irse con las latinoamericanas y me quedé en shock porque lo que buscan, siendo superracistas, es alguien que se supone que tiene una cultura más sumisa, quizás no tiene tantos recursos, por lo tanto ellos con su sueldo pueden significar un salvador. Y ahora lo que se encuentran es a mujeres que no dependen de sus sueldos, que quieren que les ofrezcan una calidad de vida igual o mejor que la que podrían tener solas, pero no peor.

Es la cultura de antaño, cuando la mujer no trabajaba.
Exactamente, si te proveen de dinero, pues da gracias. Y ahora, como nosotras no queremos ni lo necesitamos, queremos un adulto funcional, alguien que se haga responsable de sus cosas, que quiera tener una vida que a nosotras también nos guste y ahí es donde choca la nueva generación.

¿Miedo a la mujer poderosa, inteligente?
Totalmente. Primero porque el hecho de que una mujer les supere es para ellos algo humillante y si es su pareja es algo humillante en todas sus relaciones sociales y familiares porque aún existe esa mirada machista de que la relación normal debería ser al revés. Si están muy convencidos, en lugar de alegrarse de tener una mujer con poder y dinero, quizás les afecta al ego. Yo que tengo varias amigas artistas con mucho éxito y existe una historia que se repite bastante y es la de que ellos se líen con una chica con menos poder porque, al final, lo que quieren es sentirse reafirmados.

El problema es que las mujeres cualitativamente no encuentran hombres de su mismo nivel

También hace referencia a la literatura.
El otro día me compré un libro de un autor, pero ya no los leo nunca. Llevo muchísimos años leyendo a mujeres porque hasta antes de los 25 leía siempre a hombres, todo lo que me recomendaban y todos los grandes eran hombres. Y esto provoca un efecto rebote. Yo ya tengo mi cupo de haber leído hombres.

¿Qué me dice de las relaciones abiertas, que también trata?
Lo cuento como lo viví en ese momento. Yo aspiraba a ser una mujer moderna por lo que se suponía que tenían que parecerme bien las normas de la relación abierta, pero una vez ahí, me costaba mucho. Fingías todo, fingías que te parecía bien, fingías que no te afectaba. Una relación abierta me parece bien, pero en realidad, lo que pasaba es que no querían una relación. Cualquier tipo de relación implica una responsabilidad afectiva. Lo que nos pasó a muchas tías de mi generación, que tuvimos rollitos con tíos que te vendían el cuento de la relación abierta es que básicamente ponían ellos las normas y no te podías quejar de nada porque si no, ya eras una desesperada. Pero es como una amistad, es decir, tienes una responsabilidad con esa persona y si esa persona se siente mal puede poder decírtelo. En cambio, eso era te llamo cuando quiera para follar y tú finges que está todo bien. Así era una relación abierta y no me funcionaba esa fórmula. Ahora se habla de otros modelos de relaciones, pero también hay conceptos encima de la mesa como responsabilidad afectiva. Es decir, no se pide exclusividad sexual, que es en lo que se basa una relación abierta, pero si se tiene una relación con una persona, eso también da derecho a que si un día necesitan verse y hablar, se tenga un mínimo respeto por la relación. Antes era como una especie de Telepizza, pero de telepolvo.

¿Raquel ha conseguido lo que quería?
Sí, totalmente. A nivel laboral, increíble. Y a nivel de relaciones también porque muchas veces le digo a mi pareja que yo no había visualizado una relación así. Siento que he conseguido muchísimas cosas y lo que me preocupa es que a veces pienso que ya lo he hecho todo. Pero he tenido mucha suerte en poder dedicarme a narrar mi vida en clave de humor y me gustaría poder hacerlo mucho tiempo más.

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