Contaba Sara Búho en una charla con la revista Telva que empezó a escribir poesía por «pura necesidad de sacar fuera» sus sentimientos. «Desde niña me ha costado mucho comunicarme. Era muy introvertida. Por suerte, los profesores de mi instituto supieron captar esta carencia y me animaron con algunas lecturas. Así surgió mi inquietud por las palabras», relataba.
Bendita carencia, la de no saber expresarse tan fácilmente en voz alta. Me siento muy identificada con esta sensación y, por contra, con la paz que me regala una página en blanco, donde parece que los sentimientos tienen toda la cabida que no ofrece la voz. Gracias a esa «pura necesidad», hoy tenemos entre manos libros tan hermosos como las Fragilidades de Sara Búho.
«Entrego toda mi fragilidad para recordarle al mundo que por más peso que ponga en mi espalda, una flor puede atravesar el asfalto»
Sara Búho
Arrancando con ‘Palomas’, un texto que parece surgido en pleno confinamiento por coronavirus («Nos hacía falta una primavera sin sus flores para volver a entender la raíz») donde describe la belleza natural de la libertad y pone a los seres humanos en su lugar («Durante casi dieciocho días entendí un poco más la vida y lo importante que es nuestra insignificancia»), se abre paso a lo que parece una dolorosa ruptura sentimental.
«La herida que más me duele nunca está en mi cuerpo». A lo largo de las páginas, se mezclan sentimientos como el hastío, las expectativas, la culpa, las dudas, la apatía, el querer o la calma con momentos ordinarios, extrañando instantes, recuerdos, lugares que la hacen sentir bien... Nos regala cuatro breves ‘diarios’ y otros cuantos de ansiedad. «No es un duelo, es una batalla. Tu ausencia contra todos mis sueños».
Pero, poco a poco, ese viaje en el adiós, se convierte en una bienvenida a la propia alma, a la propia personalidad. «Todo lo que un día lloramos nos enseñó a mantenernos a flote»/«Uno solo puede volver a los lugares de los que nunca se ha marchado».
Acompañada de los finos y minimalistas trazos de Norte.00, la artista tatuadora que ilustra el libro con líneas negras, como la tinta de sus obras, Sara Búho consigue abrirse en canal para mostrar sus sentimientos más profundos: «negar la fragilidad es negar la cicatriz». Y que todas las debilidades y esos sufrimientos sean por nosotros mismos, no a causa o por causa de otro alguien. Porque aprendemos a querernos, a valorarnos. A darnos el lugar que merecemos. «Mi fragilidad no depende de ti. Mi fragilidad existe porque yo existo».
Fragilidades
Autora: Sara Búho
Editorial: Lunwerg
Páginas: 159